Notas Críticas

Entre la subjetividad y la lucha por los derechos humanos: La obra de Carrie Mae Weems

Autor: Veronica Cordeiro
Durante más de un siglo y medio la fotografía ha sido testigo, plataforma y herramienta de la realidad. A la vez que representa el instante congelado de la mirada de distintos observadores, abre y consolida espacios de representatividad (diarios, revistas, instituciones políticas, sociales y culturales de las más diversas), y dependiendo de las intenciones de su fotógrafo, la cámara fotográfica puede ser una herramienta para la comunicación o un arma de lucha. En esta nota se presenta la obra de la fotógrafa, artista y activista de derechos humanos afro-americana, Carrie Mae Weems, en el marco de su primer gran retrospectiva en el Museo Guggenheim de Nueva York.
Titulada Carrie Mae Weems: Three Decades of Photography and Video (Carrie Mae Weems: Tres décadas de fotografía y video), la muestra inauguró el pasado 24 de enero y se podrá visitar hasta el 14 de mayo. Esta muestra es también la primera exposición retrospectiva realizada por el Guggenheim en homenaje a una artista afro-descendiente.
 
Vista de la instalación: Carrie Mae Weems: Three Decades of Photography and Video, Guggenheim Museum, Nueva York. Foto: David Heald.
 
Weems ha sido aclamada como una de las intérpretes más elocuentes y respetadas en relación a experiencias afro-americanas, y hasta el día de hoy, a los 60 años de edad, continúa siendo una influencia importante para muchos jóvenes artistas.
La muestra reúne más de 120 obras de las cuales la mayor parte son fotografías, además de textos, videos y una grabación de audio. Completan la exposición una serie de programas educativos que ofrecen la oportunidad de acceder a su práctica desde diferentes perspectivas artísticas, conceptuales, políticas e históricas.
 
Vista de la instalación: Carrie Mae Weems: Three Decades of Photography and Video, Guggenheim Museum, Nueva York. Foto: David Heald.
 
Originalmente organizada por el Frist Center for the Visual Arts de Nashville, Tennessee, la exposición inauguró en esa institución en septiembre del 2012 con curaduría de Kathryn Delmez, y cuenta con el apoyo de diversas instituciones y galerías de arte, incluyendo la fundación The Robert Mapplethorpe Foundation, Robert Menschel Vital Projects, la galería Jack Shainman Gallery, y la fundación William Talbott Hillman, entre muchos otros.
Carrie Mae Weems es una artista cuyas motivaciones surgen de la necesidad de movilizar a la sociedad para reflexionar acerca de la desigualdad, raza, género, clase social - cuestiones que han ido marcando el tejido social norteamericano de maneras complejas y conflictivas. Comenzó a producir fotografía en 1973, cuando cumplió 20 años y su novio le regaló una cámara fotográfica.
 
Carrie Mae Weems: Reunión familiar (de la serie Imágenes e historias de familia), 1978-84. Copia de gelatina y plata, 76x101cm. Cortesía de la artista y de Jack Shainman Gallery, Nueva York.
 
“La cámara me dio una libertad increíble. Me dio la habilidad de salir por el mundo mirando a la gente y las cosas desde muy, muy cerca”. A Weems le interesa la negociación del poder entre hombre y mujer, negro y blanco, pobre y rico, y durante los primeros años de su carrera produjo imágenes desde su propia experiencia como mujer afro-americana y madre soltera. Con el pasar de los años fue ampliando su repertorio social y político para aludir también a diversas luchas globales por la conquista de mayor igualdad y justicia. La muestra hace un recorrido por la evolución de la carrera de Weems, desde sus primeras series documentales y autobiográficas hasta las obras conceptual y filosóficamente más complejas que la han situado al frente del arte contemporáneo. Weems emplea una variedad de medios para hablar de diversas temáticas, pero su obra se mantiene integrada y consistente en su compromiso por comprender mejor el presente mediante la investigación del pasado, desde el estudio de la identidad.
 
Carrie Mae Weems, Blue Black Boy (Niño Azul Negro, de la serie Gente de Color), 1989-90. Tríptico, tres copias en gelatina y plata con tono y marco, 41 x 122 cm en total. Whitney Museum of American Art, Nueva York. 
 
Contiene también un deseo hacia la universalidad: mientras que el afro-americano es típicamente su principal sujeto, Weems quiere que la gente de color represente la lucha de las multitudes humanas y que su arte tenga resonancia entre todo público.
 
Carrie Mae Weems, Sin Título (de la serie Sea Islands), 1991-92. Copia de gelatina y plata, 51x51cm. Whitney Museum of American Art, Nueva York. Foto: Robert Gerhardt.
 
En el Guggenheim la muestra sigue cierto orden cronológico, comenzando con la serie Family Pictures and Stories (1978-84). Al igual que otros trabajos de inicios de carrera, esta serie explora cuestiones relativas a la identidad negra contemporánea, y destaca a individuos en contextos sociales, incluyendo a su propia familia. Una de las series más conocidas, Kitchen Table Series (1990) emplea texto y fotografía con el objetivo de investigar, mediante la relación entre un lenguaje y otro, la gama de roles femeninos en la comunidad, situando explícitamente al sujeto fotográfico dentro del entorno doméstico. Por otro lado, las selecciones de obras pertenecientes a las series Sea Islands (1991-92), Africa (1993) y Slave Coast (1993) demuestran su continuado interés en el lenguaje y la narración de historias. Estas obras fueron realizadas durante viajes de la artista a los lugares mencionados en los títulos y presentan conjuntos compuestos de pares de imágenes y textos evocativos del vernáculo local o de investigaciones etimológicas que conectan palabras inglesas con raíces africanas. En este sentido, la práctica de la artista y fotógrafa subraya el rol ambos de la narrativa hablada y escrita, reflejando a su vez sus estudios avanzados en el campo del folclore.
 
Carrie Mae Weems, En las montañas de Santiago de Cuba (de la serie Soñando en Cuba), 2002. Copia de gelatina y plata, 78x78cm. 

Al igual que otros fotógrafos como John Berger, Joan Fontcuberta, Barbara Kruger, Rosangela Rennó, entre tantos otros, Weems comenzó a introducir textos en sus fotografías para enmarcar el contexto de la imagen guiando de esa manera la mirada del espectador. Así como esos y otros artistas, Weems luego comienza a apropiarse de textos e imágenes provenientes de archivos y de otros autores y fuentes diversas, representándolos como recordatorios cáusticos de la persistencia de actitudes intolerantes y racistas en los Estados Unidos. Su renombrada serie From Here I Saw What Happened and I Cried (1995-96) presenta imágenes ampliadas de daguerrotipos históricos que muestran estudios antropométricos y arquetípicos de sujetos afro-descendientes. A estas imágenes antropológicas Weems agrega capas de color y las reviste con nuevos textos. Un ejemplo es el retrato de una joven mujer, desnuda y posicionada de lado frente a la cámara, cuyo texto dice: “Te transformaste en un perfil científico”. Superpuesto sobre otra imagen de una señora vestida elegantemente que mira de manera frontal y franca, se leen las palabras: “Algunos dijeron que eras el retrato vivo del mal.” Las imágenes originales provienen de los archivos de la Universidad de Harvard, que amenazó hacerle un juicio a Weems por el uso que les atribuyó en esta obra; sin embargo, en lugar de entablarle el juicio, la institución terminó adquiriendo la serie para su colección.

 
Carrie Mae Weems, You became a scientific profile, de la serie From here I saw what happened and I cried, 1995-96. Serie compuesta de 33 copias con tono de color.
 
El deseo de investigar las causas y efectos subyacentes del racismo, la esclavitud y el imperialismo ha estimulado a Weems a viajar ampliamente por los Estados Unidos, África, Europa y el Caribe. Durante visitas extendidas a estas partes del mundo, Weems mira hacia la tierra y la arquitectura circundantes con el objetivo de fomentar cierta comunión entre los habitantes del pasado y el presente. Ejemplos recientes incluyen los retratos-paisajes de las series Dreaming in Cuba (2002), The Louisiana Project (2003), y Roaming (2006).
El video surgió como una extensión natural de la práctica fotográfica narrativa de Weems, proporcionándole a la artista la oportunidad de incluir música en su trabajo. Aunque trabajó con cine en sus años de estudiante en el California Institute of the Arts, su primer obra audiovisual surge en el 2003. Coming up for Air consiste en diversas series de viñetas poéticas que utilizan recursos como la silueta, la sombra, la expresión corporal y la danza en alusión a las relaciones de poder entre blanco y negro, hombre y mujer, etc. Recuerdan en algunos casos los famosos collages de Kara Walker.
 
Entre las otras obras en video incluidas en la retrospectiva del Guggenheim están Italian Dreams (2006), Afro Chic (2009) y Constructing History: A Requiem to Mark the Moment (2008), presentadas a lo largo del trayecto expositivo de su trayectoria, en relación con series fotográficas.
 
Carrie Mae Weems, Afro-Chic, 2010. Video digital en color, sonido, 30 segundos. Cortesía de la artista y Jack Shainman Gallery, Nueva York. 
 
“Claro que estoy emocionada”, dice Weems algunos días antes de la inauguración de su muestra. “Soy la primera mujer afro-descendiente a tener una retrospectiva en el Guggenheim. Y aunque no quiera parecer pretenciosa, yo debería estar teniendo una muestra aquí. A esta altura, debería ser una cuestión polémica para un artista negro – pero no lo es”. Para Weems, la satisfacción sería la misma si el museo estuviera presentando la trayectoria de otro artista, como Lorna Simpson, Mickalene Thomas y Lyle Ashton Harris y concluye, “Puede que me esté mintiendo a mi misma, pero no me interesa tanto mi propia carrera como me interesa mover para delante una cierta diplomacia cultural”.