Notas Críticas

Eugène Atget: un fotógrafo del siglo XIX en el siglo XX

Autor: Isabel Wschebor / indexfoto

Su pasión por la documentación y el registro exhaustivo de su época, la fotografía como medio para llevar a cabo este objetivo y las técnicas de impresión que utilizó como el papel albuminado o de revelado directo en cloruro de plata son sin duda característicos del siglo XIX. Sin embargo, sus fotografías siempre tuvieron una impronta muy personal que lo caracterizan como autor hasta nuestros días. Detrás de su vocación documental, había un autor claramente presente, con un discurso y una estética que le eran propios, fenómeno que lo ha puesto en el panteón de la fotografía del siglo XX.

 

Si bien las imágenes de Atget están presentes en prácticamente todas las historias de la fotografía, un aspecto poco explorado y que sin duda marca este lugar de transición que el autor ocupó entre el siglo XIX y el XX, son las técnicas que utilizó a lo largo de su vida. Antes de la primera guerra mundial el autor imprimía sus fotografías sobre papel albuminado. Se trata de una técnica creada a mediados del siglo XIX por el conocido impresor Blanquart Évrard, que se elaboraba mediante la sensibilización de un papel en una solución hecha en base a clara de huevo batida y soluciones de diferentes tipos de haluros de plata. Si bien estuvo comúnmente virada al oro, tuvo infinitas variantes y fue uno de los métodos más utilizados para la impresión de fotografías hasta fines del siglo XIX. Dos de los factores que suelen caracterizar este procedimiento fotográfico son el amarillamiento de la emulsión y una cierta brillantez. Por un lado, ambos fenómenos evidencian la presencia de la clara de huevo y por otro diferencian esta técnica fotográfica de otras más primitivas como el papel salado, en la que los haluros de plata sensibles a la luz habían sido suspendidos mediante un baño directamente en el papel.

Durante la Primera Guerra Mundial, Atget tuvo que interrumpir su producción fotográfica y al culminar este período ya se habían generalizado los papeles de gelatina y plata de revelado alcalino, que caracterizaron la fotografía blanco y negro a lo largo de casi todo el siglo XX.

Sin embargo, Atget retomó su actividad imprimiendo en papeles de revelado directo sensibilizados en cloruro de plata y con las pocas albuminas que se seguían consiguiendo en el mercado francés durante los años veinte. En esta época, utilizó un procedimiento poco común en la historia de la fotografía: el papel albuminado mate. Se trata de la misma técnica utilizada en el siglo XIX, bañada en sustancias orgánicas como la caseína que le daban un acabado mate, mejor apreciado por algunos círculos estéticos de la época.

 

 

Si bien las diferencias entre estos procedimientos mencionados son difíciles de apreciar a través de las reproducciones digitales, este comentario apunta a sensibilizar a los autores para que den cuenta de los procesos técnicos utilizados en la elaboración de sus fotografías, a los efectos de comprender no sólo la época y la forma en la circulan sus imágenes, sino la influencia de los aspectos técnicos en las infinitas opciones estéticas posibles en fotografía.