Fotógrafos/as / Entrevistas

Entrevista a Christian Rodríguez

Autor: Alexandra Nóvoa / indexfoto

"Casi nunca son historias de éxito o triunfo, sino más bien de trabajo y lucha como sucede en Latinoamérica".

En 2009 Christian Rodríguez comenzó un proyecto fotográfico -inspirado en la fotógrafa Mary Ellen Mark- sobre dos compañías de circo en Vietnam, acompañando en diferentes instancias a sus integrantes, no solo en sus funciones sino fundamentalmente en su vida cotidiana. “Xiec” es el nombre de esta serie fotográfica con la que recientemente Christian obtuvo el Premio Nuevo Talento Fnac de Fotografía 2013.* Sobre cómo fue el proceso de trabajo y la experiencia vivida con el grupo circense, su manera de concebir la fotografía y su impresión sobre el estado de la fotografía en Uruguay, fueron algunos de los temas conversados con Christian en esta nota con indexfoto.  

¿Cómo llegaste a trabajar sobre este tema y por qué su elección?

Te diría que el circo me encontró a mi, a diferencia de otros proyectos que busco el tema, investigo y realizo las fotos. Durante un viaje por el sudeste asiático en 2009, una escala de tres días en Hanói se conviertieron en tres semanas de trabajo con la Federación de Circo de Vietnam. Estaba caminando cerca del Parque Lenin y vi el circo, decidí entrar y me crucé con el director. Le solicité permiso para hacer fotos lo cual accedió de buena manera, contándome que hablaba un poco de español por haber estado en España. Al día siguiente vuelvo y conozco a Sau, una artista del circo que había vivido en España un año, a su vez su novio es español y trabaja en el Circo del Sol. Ella me presenta a muchos artistas que no hablaban inglés (el idioma que habitualmente empleo para comunicarme); fue una persona muy importante en el desarrollo del proyecto. Ella como otros me ayudaron muchísimo; sin su colaboración el trabajo no hubiera sido posible. Cuando regresé a Madrid a terminar el master que estaba realizando en EFTI; no tenía muy claro si podría seguir con el tema por los costos que implicaba viajar a Vietnam. Pero una sucesión de hechos que fueron apareciendo en mi camino me dieron la certeza que tenía que tomarme muy en serio este proyecto y fui encontrando la manera de regresar en varias ocasiones.
 
 
¿Cómo fue el seguimiento fotográfico y la convivencia con los integrantes del circo?  
 
Vivía con una familia de artistas en Hanói, y desde que me despertaba hasta que me acostaba estaba en el circo. Salía con ellos a todos lados, visitaba sus familias en pequeños pueblos rurales, en las giras y todo aquello que implicaba la vida del circo. En la ciudad de Ho Chi Minh vivía con una pareja en el edificio llamado Le Tanh, un antiguo teatro completamente destruido donde cada persona construye sus casa de madera y plástico, en lo que fuese el patio de butacas. Ahí no hay duchas, nos bañábamos sacando agua de un tanque y hacían cola en el estacionamiento de motos para bañarte.
 
 
En general se levantan y entrenan un promedio de 4 a 6 horas y luego cada uno realiza las actividades que desea. El salario es de uno 100 dólares mensuales y 3 o 4 dólares por cada show realizado. Con este sueldo es muy difícil vivir por lo que la gran mayoría trabaja realizando shows privados en karaokes y en todo aquello que les permita ganar dinero extra. En la federación de circo de Vietnam (Hanói) los artistas son empleados del gobierno, por lo que sus condiciones de trabajo son mejores que las del sur. En Hanói la gente es mucho más conservadora y tradicional. En la ciudad de Ho Chi Minh encontramos una ciudad más moderna y con ciudadanos un poco más abiertos. Hoy en día el circo no cuenta con el nivel y prestigio que contó en los ‘80 y ‘90 con el apoyo económico de la URSS. Actualmente las condiciones de vida son mucho más difíciles.
 

En tus series fotográficas la íntimidad con los retratados es un componente destacado y una constante. ¿Cómo establecés esas relaciones? ¿Qué responsabilidades asumís en ese fotografiar tan cercano?

La intimidad y la cercanía solo se logra involucrándote completamente en la historia. Se necesita empatía para compartir los problemas y las dificultades de las personas,  para así poder contarla. Cada cultura o persona que fotografío tiene sus tiempos y no se puede tener una “receta” para fotografiar. Suelo dedicar mucho tiempo en escuchar y conocer a la persona. Me gusta compartir momentos especiales con ellos. En muchos de los casos establezco una relación de amistad con el paso del tiempo. En general en las culturas asiáticas toma un poco más de tiempo lograr la intimidad y la cercanía que me interesa. En el caso particular de Xiec fueron tres viajes en un periodo de cuatro años y desde el principio viví en el circo y salí de giras con ellos. Compartía la vida a diario, comía, dormía y me bañaba en el mismo lugar que ellos. No fue hasta el tercer viaje donde el cambio fue sustancial. Llegué en los festejos del año del dragón, tomé mucho licor de arroz y pocas fotos. Pero el hecho de compartir la vida con ellos hizo que no me vieran como el “gringo” que viene a hacer fotos, sino como alguien que comparte tiempo con ellos. Luego hice las fotos que quise y estuve en lugares donde antes nunca había podido estar.
 
 
Recuerdo una charla que tuve con unos de los jefes en el edificio “Le Tanh” en la ciudad Ho Chi Minh. Me dijo: “se nota que amas tu trabajo, conozco pocas personas que quisieran vivir en estas condiciones, incluso por poco tiempo. Lo que necesites te lo daremos, solo tienes que pedirlo. Puedes trabajar aquí el tiempo que quieras”. Él en un principio se había opuesto a que realice fotos allí y luego de unas semanas cambió totalmente.
 
 
Cuando vives la historia y te sumerges en ella, las fotos vienen solas. Estás en el momento y en el lugar, disparas y sigues compartiendo la vida. Cuando la gente confía en ti para entrar en su intimidad tienes que cuidar a las personas que fotografías. Para mi es muy importante la dignidad y el respeto al sujeto.

 
En esta serie el tema mujer, al igual que en tu trabajo en general, está muy presente. ¿Cómo lo abordás concretamente en Xiec?
 
Vietnam es un país donde la mujer tiene un gran protagonismo. Son muy trabajadoras, son la columna vertebral del país. Creo sinceramente que son quienes sostienen la economía. Puedes ver mujeres en todas las áreas como en el campo y la construcción. Por ejemplo las niñas en el campo tienen la obligación de trabajar y usualmente el varón se le permite quedar en casa mirando tv. Hay muchos prejuicios con respecto a las mujeres y la violencia de género está muy presente en el día a día. Los cánones de belleza occidentales hace que por ejemplo la operación estética más común sea cortar el párpado y levantarlo para que los ojos parezcan más redondos. Viajan en moto completamente cubiertas y usan cremas blanqueadoras de piel. El color de piel es como un estatus social, debido a que el 70% de la población vive en áreas rurales. Las mujeres del circo viven todo esto, son bastante tímidas y lograr fotos íntimas no fue tarea fácil. Fue así que una vez que me conocieron y me aceptaron fue más fácil. Para ello tienes que lograr la confianza con los hombres y en particular con los jefes del circo, para luego fotografiar a las mujeres.
 
 
La primera historia que realicé fue la de Sau, quien sola tuvo que criar a su hijo Nim luego que el padre los abandonara. Las otras historias son Thuy, Quyen y Houng que comparten el cuartito Rosa en la habitación que tienen en el parque Lenin. En cambio en el sur trabajé con una pareja y tuve la oportunidad de estar en su boda en su pueblo natal. Hien y An, que a  su vez viven con el hermano menor de ella, el pequeño Vu.
 
¿Cuál es tu fotografía preferida de este reportaje y por qué?
 
Cuando realizo un trabajo en el que estoy involucrado años es difícil decantarse por una foto. Una de las fotos que me gusta mucho es donde se ve a Ngoc y Houng fumando es una piscina en desuso y con basura. Era un lugar donde después de entrenar o tener un show iban a tomar aire fresco. Ellas se encuentran en camisón y están totalmente relajadas en un entorno alejado de las luces y el vestuario del show. Para mi define muy bien como es la sociedad vietnamita. El deseo de tener algo y la realidad que los aleja de ello. Siempre me sentí muy identificado con la vida del circo. Casi nunca son historias de éxito o triunfo, sino más bien de trabajo y lucha como sucede en Latinoamérica.
 
 
¿De qué manera situás tu trabajo en el momento actual que atraviesa la fotografía en Uruguay?
 
Mi trabajo no lo siento muy cercano a la producción nacional. Creo que miramos demasiado hacia adentro y se repiten discursos de otro tiempo. En Uruguay difícilmente un fotógrafo se alegre por los logros de otro y en general aceptamos la crítica de mala manera. No existe casi apoyo a jóvenes fotógrafos para producir su obra. Si no se invierte en formación difícilmente pueda haber crecimiento a largo plazo. No alcanza con exponer una serie de fotos, antes tienes que trabajar mucho. Estos son algunos de los factores que hacen que la fotografía de nuestro país no crezca. En mi caso particular no recibo ningún tipo de apoyo para poder seguir produciendo, y te diría que el reconocimiento viene por personas individuales que les gusta mi trabajo más que por instituciones u organizaciones. Mi trabajo se valora mucho más en el exterior que en Uruguay. En la etapa que estoy comenzando ahora, en formar a otros fotógrafos y compartir mi experiencia, veo las carencias de nuestro medio. Por eso decidí a ayudar a mis estudiantes dándoles una beca de $400 dólares para que puedan seguir desarrollando un proyecto. ­­­­
 
--
 
* Según se señala en el sitio de Fnac, el Jurado, compuesto por los comisarios Anne Morin y Alejandro Castellote, la fotógrafa Ana Nance, la directora de exposiciones de la Fundación Mapfre, Nadia Arroyo y el ganador del premio en la pasada edición, Manolo Espaliú, ha destacado la obra de Christian Rodríguez por  “presentar un trabajo homogéneo, íntegro y consistente, donde destaca su capacidad de enfrentarse a la fotografía a través de su inmersión en el tema escogido”.
 
Christian Rodríguez nació en Montevideo, Uruguay (1980). Entre los años 2004 y 2005 trabajó como camarógrafo en VTV (Uruguay). Desde el 2006 al 2008 integró el staff del diario El Observador (Uruguay) teniendo un breve pasaje previamente por La República y Ultimas Noticias. Durante ese mismo período produjo campañas de moda y publicidad. Estudio diseño de moda en la escuela Pablo Gimenez (2007). Ha colaborado con las agencias de noticias France Presse, AP, EFE y Reuters.
Alternando su trabajo profesional con la docencia desde 2006 en varias escuelas como Dimensual Visual, Tris y Pablo Gimenez (escuela de Diseño). En 2006 realizó la cobertura del conflicto Israel-Hezbolah en el sur del Líbano, comenzando su evolución personal sobre lo cotidiano. A finales de 2007 ingresa al stock Win-initiative (EEUU). En 2008 ganó la beca "Roberto Villagraz" y se trasladó a Madrid para realizar el master documental de EFTI, ganando el "Premio Futuro" de su generación (2009).
Su trabajo personal se ha centrado en la vida de mujeres, buscando historias muy cercanas y cotidianas de sus personajes. Su interés radica en mostrar una visión moderna y cotidiana de la mujer y su entorno. Es profesor del Master en fotografia documental Contemporanea en EFTI.

www.christian-rodriguez.com