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1:366. El tiempo y la intuición. Entrevista a Alejandra Marín.

Autor: Alexandra Nóvoa / Equipo indexfoto
 
Desde hace varios años la fotógrafa y socióloga argentina Alejandra Marín viene desarrollando una sostenida investigación en fotografía estenopeica que en Montevideo ha tenido diferentes resonancias, tanto en exposiciones (ver Iluminaciones en Fotogalería Bazar del CdF) como en talleres de formación específicos de esta técnica. Asimismo ha participado en las Jornadas de Fotografía, exponiendo sobre su experiencia tanto en docencia como en investigación.

Esta vez el camino es otro, aunque dentro de esa misma búsqueda personal que desafía a los tiempos más lentos de la fotografía. Hasta el 20 de mayo en Foto Club Uruguayo Alejandra expone 1:366, una investigación en fotografía estenopeica basada en autorretratos diarios tomados entre 2011 y 2012. En esta entrevista consultamos a la autora sobre esta experiencia particular y sobre la presencia cada vez más extendida y los posibles sentidos que adquiere la técnica estenopeica en la práctica fotográfica actual.

 

¿Cómo fue la concepción de 1:366 y las etapas en su proceso de elaboración?
 
Surge como un juego. Estaba haciendo un taller de expresión y desarrollo de obra con Valeria Bellusci y Vero Somlo, y ellas todas las semanas nos daban un ejercicio que derivaban en disparadores para nuestro trabajo personal, una semana nos pidieron que hiciéramos un autorretrato. Si me había hecho dos autorretratos en toda mi vida era mucho. Entonces cargué algunas de estas cámaras que tenía hechas (tubitos porta rollos), que eran fáciles de tener siempre encima y durante esa semana me hice cinco autorretratos, en distintas situaciones, en distintos lugares, y me gusto el resultado, entonces me propuse hacerme un autorretrato diario, durante un año, pero con la condición que tenía que ser una única toma diaria, sin poder repetirla, saliera lo que saliera. En ese momento lo sentí como un juego, pero a medida que fue avanzando el tiempo me di cuenta que de juego no tenía nada. Por un lado tuve que empezar a sistematizar el trabajo, ordenar los negativos, crear un método y un sistema de archivo. Y por el otro lado al empezar a ver los resultados, por lo general revelaba una vez por semana, y analizar las imágenes que resultaban, comencé a realizar una búsqueda en cuanto a la forma, el relieve, texturas, la luz, sin darle importancia a mi imagen, eso quedaba en un segundo plano. La búsqueda iba por otro lado, los tiempos largos de exposición, ese transcurrir en la toma era lo que me importaba, que era lo que pasaba con las poses, con la captura de la imagen en esos momentos. Al no ser fotos instantáneas, hay una relación distinta entre el espacio y el tiempo. A lo largo del año, el proyecto se fue transformando, fue mutando. La búsqueda iba cambiando. A veces por semanas trabaja en series, que las pensaba, las realizaba y recién cuando consideraba que habían terminado las revelaba y veía el resultado. Otros días trabajaba en base a emociones, sensaciones que vivía, o simplemente me realizaba un autorretrato en algún momento del día, buscando espacios con luz, mientras trabajaba. El proyecto fue cambiando al igual que yo iba cambiando, y al igual que hoy en día cambia cada vez que lo muestro. Por más que ya no realizo más autorretratos, esa etapa finalizo el día 366 porque fue un año bisiesto. 1:366 sigue en movimiento, en constante transformación. Se re significa cada vez que deseo mostrarlo, y pienso qué selección hacer, cómo montarlo, en qué formato, en qué lugar.



Tus últimos trabajos fueron colectivos, específicamente como docente de grupos de mujeres presas, también con técnica estenopeica. A diferencia de esas instancias, las fotografías de esta muestra son realizaciones personales vinculadas a tu intimidad y a tu vida diaria. ¿Cómo experimentás este cambio en el objetivo?

No creo que haya un cambio en el objetivo, con el tiempo logré entender que tanto mi trabajo como docente en el penal, o en una villa de emergencia, y mi trabajo personal como fotógrafa son parte de lo mismo, yo no sería la misma ni llegaría al mismo resultado si alguna de estas variables se modificase. Ya no puedo pensar mis distintas actividades como hechos aislados. Claro que en cada uno de ellas cumplo un rol distinto, en el trabajo de Luz en la Piel yo no soy autora, en 1:366 sí, pero ambos de alguna forma tratan sobre lo mismo. En Iluminaciones se trabajó sobre la intimidad de las chicas, sobre su vida cotidiana, ellas en primera persona cuentan qué es lo que les pasa, cómo viven, es una forma de visibilizar un sector de la sociedad que por lo general se oculta. En 1:366 también trabajo sobre lo mismo, sobre mi intimidad, mi ser, mis cuestionamientos, mis interrogantes. De alguna forma la búsqueda es la misma, poder encontrar qué es lo que lo moviliza a cada uno a ser. Algunas de mis búsquedas son distintas, otras no.
 
 
Das clase de fotografía estenopeica y conocés bien su funcionamiento y las características del lenguaje. A partir de esa experiencia, ¿qué posibilidades expresivas y comunicacionales encontrás en esta opción técnica?
 
Creo que esta técnica principalmente le brinda al fotógrafo una total libertad a la hora de crear. Uno va a tomar todas las decisiones para lograr la imagen que uno desea obtener. Al formar parte de todo el proceso fotográfico, desde la construcción de la cámara, la elección del soporte del material sensible, el revelado y el posterior positivado, uno decide todo, no hay automatismos, no hay formatos estandarizados ni prediseñados. Uno puede diseñar su propia cámara en base a la imagen que desea obtener, elige el formato del negativo en base a la copia que desea obtener, y así con cada una de las variables que hay en todo el proceso. Entonces, la libertad es absoluta. Y esto a la hora de encarar un proyecto puede ser muy enriquecedor o muy intimidante, el tema es aprender a convivir con el error y el azar y aprovecharlos, no considerarlos como algo negativo, sino positivo permitirse experimentar, jugar, y encontrar en los accidentes nuevos modos de expresión.
La estenopeica tiene una concepción distinta de la belleza de la que hay normalmente, se suele rescatar lo que otros descartan. Por lo menos a mí no me interesa obtener una imagen “cómoda”, una imagen que sea el fiel reflejo de la realidad, me gustan las deformaciones, las imágenes donde el tiempo intervino, modificando esa “realidad” que es considerada verdad.
 
 
¿Considerás que existen trabajos con sello de autor en fotografía estenopeica?
 
Sí, el auge de la fotografía estenopeica es a nivel mundial y hay muchos fotógrafos que están eligiendo esta técnica para desarrollar sus proyectos personales.* Claro que también hay muchos fotógrafos que se quedan con el resultado técnico del recurso y solo hacen fotos aisladas, sin un marco conceptual, pero esto creo que ocurre en todas las esferas de las artes.
En Buenos Aires, coordino desde el año pasado el Espacio Estenopeica que funciona dentro del Espacio Ecléctico, en el cual realizamos los Encuentros Estenopeicos. En estos encuentros uno de los temas recurrentes es el del trabajo de autor, y el pensar el trabajo de cada uno como obra, para mi este es un tema muy importante, y en el cual hace falta trabajar mucho. La técnica es un medio, por eso no considero que haya que quedarse en esa instancia, hay que superarla, y pensar y reflexionar sobre qué es lo que uno quiere trabajar y contar con lo que hace, por qué lo hace, a dónde queremos llegar.
 
 
En tiempos de acelere mediático y de gran generación de imágenes, la fotografía estenopeica ofrece una opción artesanal, con resultados aleatorios, incontrolables y tiempos muy lentos (incluso algunas tomas alcanzan los 30 minutos). ¿Cuáles son, en tu visión, los puentes entre éste particular modo de realizar imágenes y los vertiginosos ritmos de la actualidad?
 
Para mí ese puente es necesario, diría que vital. Es permitirse hacer un impasse en esta vorágine, frenar en la carrera diaria de la rutina para poder observar y reflexionar. Es obligarte a pensar, a decidir qué es lo que uno quiere hacer, no es lo mismo una imagen que otra, no saco 100 fotos para elegir una. Lamentablemente es difícil escapar de lo vertiginoso de la actualidad, la elección de esta técnica está relacionada con una especie de resistencia, una necesidad de volver a lo manual, lo artesanal, a la fotografía húmeda, sucia, con olor, con materialidad, con corporeidad. De poder elegir qué tipo de imagen queremos obtener, salir de los estándares que nos imponen los mercados y poder uno mismo tomar decisión sobre cada una de las instancias de la formación de la imagen, pensar si queremos una imagen distorsionada o no, con un estenopo, dos o diez, pensar qué superficie queremos emulsionar, o si usamos papel o película, todo está en nuestras manos. Es una fotografía donde no existen poses, no se puede sostener una pose por minutos, ni una sonrisa, de a poco comenzamos a aparecer nosotros mismos, nuestra esencia, nuestro ser. Y esta búsqueda está unida a una mayor reflexión, donde el acto fotográfico vuelve a ser una ceremonia, la que requiere tiempo que nos obliga a salirnos de esa vorágine, por lo menos por un rato.

*Algunos nombres y colectivos en fotografía estenopeica, indicados por la autora, son: Argentina: Natacha Ebers, Maria Paula Pia, Daniel Tubio, Yuyo Pereyra, Celica Veliz, Jorge G. Álvarez, Raúl Balmaceda, Jorge Álvarez, Clara Tomasini, Jimena Almarza, Rocío MuyBien, Cámara viajera, Cámaras rodantes, Camarón, Grupo contraluz, Luz en la piel, Construir puentes, Cine en Movimiento. Brasil: Dirceu Maués, Miguel Chicaoka. Bolivia: Ruth Guzman. Colombia: Revelados, Movimiento de fotógrafos. Chile: Walter Blas, Agujón. Ecuador: Fabricio Medina Villao, Pinhole Guayaquil. Francia: Jacques Prod'homme. Lithuania: Inga Dinga, Raimundas Bernadickas. México: Citlali Gonzalez, Maria Luisa Santos Odette Barajas, Ruth Rodríguez. Perú: Pilar Pedraza, VerteMiArte. Uruguay: Viviana Caride, Jorge Peña.
 
 
 
Alejandra Marín, nació en Buenos Aires. Es Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y egresada de la Escuela Argentina de Fotografía y Diplomada en intervenciones pedagógicas en contexto de encierro (UNSAM) Realiza muestras individuales y colectivas en distintos ámbitos. Docente y coordinadora hace quince años del proyecto fotográfico Grupo Contraluz en Ciudad Oculta (www.grupo-contraluz.com.ar), donde además de estar a cargo de la tarea pedagógica ha organizado exposiciones y conferencias en Argentina, Brasil, Francia y Alemania. Docente de Fotografía en la Facultad de Ciencias Sociales UBA y en la Universidad Tecnológica Nacional UTN. Coordinadora y docente desde el 2009 del taller Luz en la Piel (www.luzenlapiel.com.ar) que se dicta en el penal Unidad Nº31 y el Complejo IV de Ezeiza, en el ámbito de las actividades de la Asociación Civil Yo No Fui. Docente del taller ConoDeConfusion, fotografía estenopeica. Coordina la Fotogalería de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA desde el 2007. Fue colaboradora de las II, III, IV, V y VI Jornadas de Fotografía y Sociedad en la misma institución. Colaboró en la Revista Ojos Crueles, temas de fotografía y sociedad. Desde el 2007 integrante de la investigación “Temas y ejes en la producción sobre fotografía desde 1980” realizada junto con la Lic. Silvia Perez Fernandez y el Lic. Pablo Vitale. Integrante del Área de Estudios sobre Fotografía de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Organiza desde hace 5 años el Día Mundial de la Fotografía estenopeica Buenos Aires, que se celebra a nivel mundial el último domingo de Abril. Desde el 2014 coordina Espacio Estenopeica en el Espacio Ecléctico en el cual se realizan talleres y encuentros temáticos cada dos meses. Desde 2007 se especializa en la técnica estenopeica.

Utilizar la fotografía estenopeica en esta época llena de automatismos y simplificaciones desde la tecnología, implica volver a los orígenes. Reencontrarse con el principio mismo de la fotografía, de la creación de la imagen. El hecho de construir uno su propia cámara, le quita todo misterio. La cámara deja de tener secretos. Uno decide cómo construirla en base al objeto a fotografiar. Se transforman objetos normalmente desechados en una herramienta de expresión y de rescate, hay una re significación de los objetos como del entorno. El tiempo se adapta a nosotros. La percepción, el instinto, la intuición, la paciencia, son nuestros nuevos aliados a la hora de realizar una fotografía, en este nuevo espacio/tiempo que se genera con la fotografía estenopeica.