Jornadas / Novenas

CdF Jornadas:9. 3er día: Realidad versus ficción

Autor: Equipo indexfoto

El tercer y último día de las Novenas Jornadas sobre Fotografía tuvo como eje central “La realidad versus la ficción: ¿Cómo se produce imagética documental en tiempos de imaginarios híbridos, docu-ficcionales, de existencias tan reales como virtuales? En búsqueda de definiciones para la fotografía documental”.

Dando inicio al tercer día de las Jornadas, se dio a conocer el resultado del llamado abierto a Salas del CdF para conformar el calendario 2014. La comisión de selección estuvo conformada por Manuel Mendoza (residente en Uruguay elegido por el CdF), Fredi Casco (residente en América Latina elegido por el CdF) y Jorge Ameal (elegido por los participantes). Para la CdF Sala, en la categoría uruguayos o residentes en Uruguay, fueron seleccionados los trabajos de Mario Spallanzani “Typical Landscape”, y de Martín Atme ”El padre nuestro Artigas II”. La categoría residentes en el interior del país fue declarada desierta, pero el jurado recomendó al CdF tener en cuenta el trabajo “Nocturno” de Marcelo Casacuberta. Para la categoría residentes en Latinoamérica fueron selecccionados los trabajos de Marcelo Buainain “Mi amas vin-exhibición”, y de Christian Kirby “119”. Para las CdF Fotogalerías, la comisión seleccionó el trabajo “Fútbol” de Leo Barizzoni para Parque Rodó, para el Prado “La vuelta al día en 80 mundos” de Ana Inés Maiorano y finalmente para la CdF Fotogalería Ciudad Vieja “A voz da ropua” de Tiago Pereira. Asimismo, la comisión recomendó que el proyecto “Horizontes escondidos” de Guzmán Infanzón fuera tenido en cuenta para conformar la programación de ésta última Fotogalería.

La conferencia estuvo a cargo de Giselle Beiguelman, mediartista, docente e historiadora brasileña, y llevó como título “Paisajes ruidosos, memorias urbanas”. La autora se centró en una investigación que combina dos inquietudes: “la memoria de las ciudades, en contextos de reurbanización (aburguesamiento) y el nuevo estatuto de la imagen en red”. Comenzó refiriéndose a las diferencias y distancias tecnológicas entre la infancia de Giselle y la de su hija. “Vivimos en un mundo interconectado con una sobredosis de intercomunicación”. Junto a la cantidad abismal de información subida a la web por minuto, circulan nuevas estéticas con otros protagonistas y nuevos formatos de circulación, de personas que nunca tuvieron oportunidad de autoproyección. La autora centra su interés en el abordaje de la ciudad como interface. Para eso interfiere en los sistemas de comunicación de ciudades como San Pablo o Berlín en la segunda mitad de 2000, a través de diversos paneles electrónicos. “Leste el leste?/ Cidade Zona Leste” (2002), “egoscópio” (2002)  o  “Proética” son algunas de los trabajos aludidos por Beiguelman. Señala la tendencia y posibilidad de “mirar con las manos”, a partir del modo de interactuar con los diversos dispositivos electrónicos que ofrecen “nuevos formatos receptivos”. Refiriéndose a los atributos de la imagen digital, expresó que se trata de un complejo codificado que permite otra escala de manipulación en contraposición a la imagen analógica. La pregunta que plantea es de qué forma estos códigos inciden o alteran en nuestra manera de ver. La conferencia finaliza con la presentación de su investigación en las ciudades con “paisajes ruidosos” ("ruidos sociales, económicos, polución"), a través de su proyecto “Cinema lascado” (2010).
 
 
A continuación, los uruguayos Pablo Porciúncula (Licenciado en Comunicación Social, fotoperiodista, editor y docente) y Florencia Varela (doctora en Filosofía, Estética y Teoría del Arte y docente) presentaron “Fotografía, Fotógrafo y Sujeto”. Los ponentes propusieron pensar el vínculo de la fotografía con la realidad en tanto este “determina nuestra relación con las imágenes”. Sostuvieron que dicho vínculo mantiene vigencia, logrando trascender las modificaciones técnicas y conceptuales que la fotografía ha atravesado a lo largo de su historia. La situación actual del vínculo entre fotografía y realidad manifiesta una relación nueva que afecta tanto al plano de la recepción como al de la producción de imágenes. “Los fotógrafos vemos con miedo cómo la gente empieza a apoderarse de las fotos (...) No solo pueden tener cámaras, sino que están dispuestos a usarlas” señaló Porciúncula. Concluyó que “ante nuestros ojos estalló la subversión de las imágenes (...) El indiviudo piensa en imágenes, lee en imágenes y nuestras relaciones se sostienen de imágenes”. Ambos expositores reconocen “una alfabetización prácticamente universal del lenguaje audiovisual”. La idea de la fotogarfía como un acto objetivo "se ve dinamitada" a partir de la relación que el público establece con esta, ya que las personas comienzan a producir e intervenir imágenes, creando “cuentos” individuales de los acontecimientos de su vida, y para ello utilizan códigos propios del lenguaje visual.
 

Graciela Taquini, gestora, investigadora y artista argentina, presentó “Encuadres de lo performático, foto, video, puesta en escena, puesta de cámara”. Su exposición se centró en  las metodologías que emplea en la utilización de materiales de archivo y “la relación entre la realidad, la biografía y la recreación ficcional”. “Lo que yo hago es tecnología emotiva -declara Taquini- para conmover e impactar al espectador”. Comenzó el repaso por su obra con el video experimental “Roles” (1988), considerado el primer autorretrato videográfico de la historia del arte argentino. Siguió con “Cadáveres” (2005), obra que resignifica escenas de la historia argentina a partir noticieros cubriendo la muerte de Eva Perón. “Rota” (2010) es una instalación sonora realizada con deshechos tecnológicos. Otros de los trabajos presentados fueron “Karaoke” (2013), “El mundo de Cristina” y “Granada” (2005). El texto que acompañó la presentación de varias de sus obras fue “De cómo un relato individual puede ser universal. Memoria iconográfica documentada y poner el cuerpo “.  

 
La artista y escritora uruguaya Ana Laura López de la Torre estuvo a cargo de la presentación “La imagen y el registro documental en la práctica social del arte”. La práctica social del arte -señala la expositora- tiene sus incios en los años sesenta, junto con el surgimiento de las perfomance, proponiendo que el público deje de ser espectador para ser partícipe. López de la Torre señaló que los principios que maneja esta práctica -valorización del proceso y el cuestionamiento de la autoría- “podrían estar en contra de la autoría de la fotografía” visto a primera vista, sin embargo repasó algunas de las tradiciones fotográficas que convergen en esta práctica. En ese sentido refirió al programa de la Farm Security Administration (1935-1944) en Estados Unidos. Cuestionando el rol de la fotografía en la práctica social actual, se preguntó "¿quién tiene la cámara? y ¿quién tiene el poder?". Cuestionó las prácticas que vienen acompañadas de un discurso de empoderamiento, donde "el otro pueda mostrar el mundo a través de sus ojos" en tanto el rol que tienen estas imágenes y para quiénes se hacen. Propuso reflexionar sobre las instancias en las que el artista y el fotógrafo desaparecen: ¿cuál es la garantía de que estas prácticas permanezcan en las comunidades en las que se insertan?, cuál es su real función, y si efectivamente funcionan.

Por último Rodrigo Alonso (AR), Licenciado en Artes, especializado en arte contemporáneo y nuevos medios, realizó una reflexión acerca de todo lo acontecido en estos tres días de Jornadas. Alonso destacó la necesidad de comprender la relación entre la fotografía y la realidad, añadiendo que la relación que establecemos al respecto “tiene que ver con una visualidad”, y la fotografía “no tiene la capacidad de registrar una realidad que no sea visual”. Desde esa perspectiva se preguntó en qué momento nosotros empezamos a creer que la realidad era lo visual o que es un sinónimo de ella. La concepción que se ha conformado a lo largo de la historia de la fotografía “tiene mucho que ver con esa construcción”, pero aseguró que tal construcción no tiene que ver con el dispositivo en sí. “Hay un momento en el que se constituye como objetividad, es una construcción ideológica”. Señaló estar en contra de las teorías contemporáneas de la hibridez de la fotografía con respecto a otros lenguajes: “yo creo siempre estuvo contaminada, hibridizada en cuanto a su composición” tanto por la pintura como por la literatura. Se preguntó por qué nos espantamos hoy en día de esta característica de las imágenes cuando no reaccionamos de la misma manera ante la concepción de objetividad de la fotografía en un principio. Por otro lado, refirió a cómo cada vez en los encuentros de fotografía se habla menos de fotografía y más de imágenes -en el sentido etimológico del término-. Por último, aludiendo a la ponencia de Porciúncula y Varela, señaló que “el problema no es que la gente saque fotografías, sino que desplaza al fotógrafo del lugar del saber. Esa destitución (...) no solamente nos está diciendo que hay otra forma de interpretar el mundo, sino que hay otros mundos”.

Para finalizar las Jornadas se realizó una mesa abierta de debate entre invitados y el público presente. Algunos de los participantes fueron Julieta Escardó (AR), Julio Menajovsky (AR), Juan Travnik (AR), Federico Estol (UY), Guillermo Sierra (UY), Silvia Pérez Fernández (AR), Fabiola Guajardo (UY) y Sebastián Szyd (AR).

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