Fotógrafos/as / Entrevistas

Desafío al silencio. Entrevista a Graciela Calabrese

Autor: Alexandra Nóvoa/CdF

Durante cinco años Graciela Calabrese realizó el seguimiento fotográfico a trabajadoras y trabajadores de diez empresas recuperadas en Argentina (ERT), en el marco de la crisis de 2002. A este reportaje pertenecen las fotografías que exhibió en la muestra “Cuatro fotógrafas”, organizada en el marco del mes de la mujer por la Secretaría de la Mujer y el CdF, exhibida en la Fotogalería a cielo abierto/Parque Rodó desde el 23 de marzo hasta el 9 de mayo de este año. La exposición estuvo integrada por los trabajos de las argentinas Cecilia Lutufyan, Verónica Mastrosimone, Graciela Calabrese y Gisela Volá, selección en la que participó Adriana Lestido. En esta tercera entrevista de la serie que Indexfoto viene realizando a las integrantes de la muestra, Graciela refiere a los motivos que condujeron a la realización de este proyecto,  su proceso de ejecución, sus usos y repercusiones entre los fotografiados, entre otros aspectos.

¿Cómo fue la organización de este trabajo, cuándo comenzás a desarrollarlo y a partir de qué búsquedas?
Me interesó inmediatamente el tema, un hecho muy especial dentro del tema del trabajo: trabajadores de empresas a punto de cerrar que deciden quedarse en la fábrica y llevar adelante ellos mismos la producción, y así poder continuar con su fuente laboral. Muchos de ellos trabajaban allí desde hacía diez, veinte y treinta años. La noticia tenía el tamaño más pequeño de todas las de la página: no era un tema ampliamente divulgado en los medios de gran tirada, sino todo lo contrario. Decidí documentar lo que estaba pasando en las fábricas recuperadas en febrero de 2002, pero no ya desde el fenómeno, que era lo que estaban cubriendo en general la prensa local y extranjera que venía a testimoniar los efectos de la crisis, sino como un documento, como parte de la historia en el tiempo. Y eso rápidamente los obreros y obreras lo notaron, se sorprendieron que siguiera yendo, que ellos no eran para mi “una moda” de la crisis. Eso afianzó el proyecto y la relación. Fotografié semanalmente durante cinco años.
 
 
¿Qué aspectos de lo femenino y de la situación de las mujeres de tu país te interesa comunicar?
Desde mi experiencia en este trabajo documental surge, por todos lados donde mires a estas mujeres, lo maravilloso de lo femenino. Conocí aspectos de la mujer arrolladores, que sin perder los aspectos emocionales, y de madres y de mujeres que son, hacían a diario su trabajo, desde las máquinas, lo contable y las ventas. Se ocupaban de todos los aspectos. Controlaban y estaban al tanto de todo. Esa capacidad dual que tiene la mujer, de llevar adelante una empresa y ocuparse de sus hijos. Esto lo percibo en todas las mujeres trabajadoras. Y en ellas en especial, que sin un peso trabajan para sacar la fábrica adelante, una lucha tan importante para ellas, para sus familias, para la sociedad. Saben que esa pujanza es diaria, sino la fábrica deja de funcionar y se quedan sin trabajo, todo se termina.
 
Como fotógrafa, ¿cómo te posicionás al fotografiar a tus congéneres?
Creo que no tengo racionalizado esto todavía, si es que me posiciono de alguna forma. No creo que pueda responder a la pregunta realmente. Solo puedo comentar que me presento como fotógrafa: es importante para mí que sepan lo que quiero desarrollar desde el primer día. Por más que ese día no fotografíe. Ser lo más clara y llana posible. En ese intercambio se termina de delinear el trabajo fotográfico. Es un ida y vuelta constante, día a día, y lo termino de construir con ellas. Fotografiando trato de estar y no intervenir conscientemente como fotógrafa. Cuando lo quiero hacer bajo la cámara, charlo, participo, ayudo en la cocina, colaboro con algún dato, juego con los niños, pero luego vuelvo a trabajar con mi máquina, como ellas con la suya. Si bien como mujer me abre puertas más íntimas, no las atravieso sin su consentimiento. Y ese consentimiento no es algo formal, es sensorial. 
 
 
¿Qué preconceptos o disposiciones considerás que intervienen en ese momento?
Preconceptos y disposiciones existen desde mi y desde las fotografiadas siempre. Para mí la única forma de disiparlos, de amainarlos, fue seguir trabajando, seguir estando, volver. Estar y que vean que estoy, hasta que desaparezco entre ellas, hasta que se olvidan de mi, y así también yo me olvido de mi. Vaciar mi cabeza de ideas, sólo estar ahí. Saber estar. Aprender a estar.
 
¿De qué manera se posicionaban ante la cámara?
Algunas muy tímidamente, otras pidiendo cámara. Como todos, como vos, como yo, cada una es diferente. Trato de dedicarle a cada una un tiempo, tomo lo que ellas quieren dar. Y si veo que se sienten invadidas por la cámara, me quedo charlando o mirándolas trabajar. Siempre me pasó que la más tímida luego es la más compañera del proyecto. Entiendo que tiene que ver con el tiempo y la confianza. Trato de respetar eso. Como respuesta también recibo respeto que se transforma en entrega.
 
 
¿Por dónde circularon estas fotografías? ¿Cuáles fueron sus usos por parte de las retratadas? ¿Tuvieron el destino que esperabas?
Sobre el destino de las imágenes a mí me interesaban tres puntos: uno que les sirviera a las trabajadoras y trabajadores para cuando tuvieran que hablar sobre el proceso que estaban llevando a cabo. Otro para que hubiera un material documental para darles visibilidad, que se pudiera mostrar de forma itinerante para que más personas supieran de estas fábricas, de estas trabajadoras y trabajadores y todo el proyecto que están llevando adelante, ya hace más de diez años. Por ejemplo es una alegría para mí la muestra en Montevideo, pues hay una fábrica allí que está viviendo problemas similares a los que estas fotografiadas tuvieron que atravesar. Y ellas le avisaron para que vayan a ver la muestra. Y en lo particular de cada trabajador, que cada persona fotografiada también se quedara con algo . A diario cuando volvía a seguir trabajando, les llevaba copias a cada una de las nuevas fotos que iba haciendo para ellas, para sus familias. Las fábricas donde trabajé recibieron copias en fibra blanco y negro copiadas por mí, un mini ensayo de diez fotos 30x40 para hacer muestras en sus lugares de trabajo y eventos cooperativistas. También les di copias fibra 20x25 en una caja de presentación para que tuvieran para la prensa. Les sirvió para cuando las invitaron a participar en conferencias, programas de televisión en Argentina, Holanda, Venezuela, Francia y Canadá, por ejemplo. El trabajo está en etapa de edición para un libro. Fue expuesto en universidades, bibliotecas, en la calle, centros culturales y en las mismas fábricas, en conferencias, charlas y eventos. La intención de fotografiar fue la de documentar para revelar y divulgar. Y desde el comienzo fue así, la primera muestra en setiembre de 2002 fue una edición de nueve fotos, la última de veinte, aquí en Montevideo.
 
Adriana Lestido fue una de las figuras articuladoras de esta muestra y docente de las cuatro fotógrafas expositoras. ¿En qué sentido considerás que marcó tu modo de fotografiar y de concebir la fotografía?
Adriana me enseña a ver mis propias fotografías, me abre el tiempo y el espacio para sentir lo que la foto me está diciendo, lo que dice de mi, lo que dice de la persona fotografiada, con ella me permito llegar al espíritu de la fotografía. Es como el líquido revelador, de repente la foto comienza a surgir, y el espíritu brota con ella. El trabajo con Adriana es íntimo, va por dentro. Es una flecha que va directo a mi alma, para luego atravesar la fotografía y allí es cuando la fotografía habla y termina de expresarse y encuentra su lugar.
 
 
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“Hablamos como hombres y mujeres de un tiempo y lugar concretos, que han participado en su historia en formas diversas. Y hablamos, también, como actores que han intervenido en sus dramas […], como observadores de nuestra época y como individuos cuyas opiniones acerca del siglo han sido formadas por los que consideramos acontecimientos cruciales del mismo. Somos parte de este siglo que es parte de nosotros.” Eric Hobsbawm, “La Historia del Siglo XX”. p. 13, 2º ed., abril de 2001.
 
“Realizo fotografía barrial y documental desde 1985. Entonces no tenía cámara, y cada vez que me prestaban una me subía al tren y me iba por los barrios a fotografiar, o a la Plaza de Mayo a las manifestaciones obreras. Empecé a estudiar fotografía mucho más tarde, y más tarde también me dediqué profesionalmente. Siempre otorgándole tanto tiempo al trabajo profesional como a la obra autoral.
Me crié en el Alto Valle de Río Negro, en la Patagonia argentina y desde 1982 vivo en Buenos Aires. Recién mudada a Tigre, vivo cerca del río. Me formé con Filiberto Mugnani. Estudié la carrera de fotoperiodismo en TEA-Taller/Escuela/Agencia. Participo de las clínicas de fotografía de Adriana Lestido desde 2007. Trabajé con la fotógrafa documentalista Cristina Fraire. Soy fotógrafa de Comunidad, ejemplar mensual de la Fundación La Nación.
Fui co-ganadora de la beca AVINA 2006 en la disciplina Inclusión Social por un proyecto sobre las mujeres warmi de la puna argentina. El trabajo en fábricas recuperadas obtuvo en 2004 el Fondo Cultura Ciudad de Bs. As. y fue semifinalista del Lange-Tylor Prize 2003, de la Duke University. Este trabajo -del cual aquí se muestra la serie Mujeres - fue desarrollado desde feb 2002 hasta fines de 2006, en tres provincias de Argentina, abarcando diez fábricas abandonadas o a punto de cerrar. Fue realizado en película negativo blanco y negro, 35mm.
Soy fotoperiodista del diario La Nación desde el año 2003, y desde 2010 colaboro en la edición fotográfica de los suplementos del diario.
Desde mi primera muestra colectiva en 1997 en un bar de la calle Corrientes, he participado en varias muestras individuales y colectivas, con exhibiciones en la Sala Municipal de Exposiciones de Pinamar, en la Escuela de Avellaneda- Imdafta, Centro Cultural La Tribu, Universidad de los Trabajadores-IMPA, Biblioteca Nacional, Centro Cultural Borges, Centro Cultural Recoleta, Museo de Bellas Artes de Paraná, Universidad Nac. de Quilmes, Dirección General de Museos, Centro Cultural de la Cooperación y Democracia 20 años-ARGRA.
Con el Colectivo Argentina Arde, mostré fotos de los acontecimientos ocurridos en 2001 en la Universidad Nueva Sorbone, Universidad de Montpelier y Foro de las imágenes de París. En España, en el Centro Cultural Conde Duque, Espacio Spai Obert, y también en Palma de Mallorca, Bilbao, San Sebastián, Torrelavega y en la ciudad de Bruselas, en Bélgica.
Desde el 2003 participo en varias ediciones de la Feria de Libros de Fotos de Autor del Espacio Ecléctico en Buenos Aires. En 2009 el libro Los Antiguos fue seleccionado y participó en la Feria Internacional de Libros Fotográficos de Autor de Montevideo y en la Feria Internacional de Libros de Artista en México DF. Los Antiguos es un trabajo documental que estoy realizando desde 2007 en una comunidad en la Ruta 13 de la Provincia de Corrientes, todavía en desarrollo.
En 2012 participo de la muestra “Cuatro Fotógrafas”, organizada por la Secretaría de la Mujer y el CdF y exhibido en la Fotogalería del Parque Rodó del CdF en Montevideo”.