Notas Críticas

Diálogo entre danza y fotografía. La identidad del tango a través de la imagen. Una aproximación desde la semiología

Autor: Juan Carlos Blanco Ordóñez (Mx)

Ensayo Fotográfico: El tango en la ciudad de México. Historias de vida; Julia. Año: 2011. Técnica: Fotografía Digital.

La fotografía es la única “lengua” comprendida en el mundo entero, y al acercar todas la naciones y culturas enlaza a la familia humana. Independientemente de la influencia política –allí donde los pueblos son libres–, refleja con veracidad la vida y los acontecimientos, nos permite compartir las esperanzas y angustias de otros, e ilustra las condiciones políticas y sociales. Nos transformamos en testigos presenciales de la humanidad e inhumanidad del género humano.

Helmur Genrsheim. (Creative Photography, 1962)
 
Introducción
 
Hablar de fotografía es hablar de un mundo de imágenes que busca llenar de elementos descriptivos un espacio que se presta a la interpretación de lo visual desde diferentes perspectivas. Su capacidad de representar, la posiciona como un lenguaje visual que se establece a partir del elementos como el color, formas, texturas, entre otros elementos, en su designio más evidente. De la misma forma que también por medio de las interpretaciones simbólicas (connotación) podemos desarrollar un entendimiento a manera de lenguaje que nos hace interactuar con la imagen.
El hombre y su incansable obsesión por definir, delimitar, caracterizar o conceptualizar el mundo que le rodea, en base a sus limitadas representaciones que identifica dentro de un código de entendimiento, lo ha obligado a establecer vínculos de comunicación y lenguajes para facilitar procesos de comunicación. Estos procesos van más allá de los lenguajes escritos y hablados. En los inicios de la humanidad, las representaciones simbólicas de imágenes determinaban intentos de comunicación. Incluso manifestaciones corporales como la danza fungían como medios de percepción que establecían vínculos de comunicación con los iguales. Autores como Huxley en las Puertas de la percepción(1) sugieren que los lenguajes escritos y hablados han limitado las capacidades humanas de comunicación y percepción, al ser estos lenguajes, síntesis y abstracciones que crean un código que facilita el entendimiento entre las partes que establecen un sistema de comunicación.
La fotografía no ha sido la excepción. Desde su aparición, se ha establecido como uno de los lenguajes visuales con mayor repercusión social, al grado que es posible establecer un vínculo de comunicación entre la imagen fotográfica y el usuario o quien aprecia la imagen. Evidentemente, al proponer a la fotografía como lenguaje resulta imprescindible establecer un código de entendimiento entre las partes que conforman este discurso. A lo largo de este artículo se pretende establecer los fundamentos que sustentan a la fotografía como lenguaje. Asimismo, vincular a la imagen fotográfica con el concepto de identidad en el contexto del tango como manifestación cultural y dancística en la Ciudad de México , tema transversal dentro de la investigación en proceso. Todo esto, desde una aproximación semiológica.
 
Fotografía como lenguaje visual
 
Tenemos que la fotografía, como lenguaje visual, posee un poder persuasivo capaz de establecer un dialogo entre el espectador y la imagen misma, a partir de los simbolismos que se establecen de dicha capacidad. Dichos simbolismos logran generar un vínculo de identidad entre las partes de este discurso (espectador-imagen) cuando el dialogo es claro y los mensajes que emite la imagen al espectador forman un discurso coherente.
Para proponer a la fotografía como lenguaje visual, es necesario concebirla como un medio capaz de emitir un mensaje. La semiótica, disciplina que se ocupa de los signos; de la forma del contenido que tratan de la constitución interna de la unidades culturales y los símbolos verbales en su calidad de unidades semánticas(2), y de los procesos de significación, es la disciplina que generará un acercamiento para establecer los fundamentos que designan a la imagen fotográfica como lenguaje visual.
Desde una visión de la semiología, un lenguaje es un medio o vehículo para comunicar, representar, y organizar el pensamiento (3). Es materia organizada de cierta forma que sirve para transmitir determinados contenidos o designar ideas acumuladas intelectualmente. A partir de esta definición, podemos establecer a la imagen fotográfica en su parte conceptual como un conjunto de códigos que, transmiten información y/o ideas. La fotografía documental, en particular, está llena de mensajes susceptibles a ser codificados y como consecuencia, la imagen fotográfica puede, desde está perspectiva, ser una fuente de información que arroja información determinada sobre un aspecto estudiado. Otro factor que determina el mensaje que la imagen fotográfica emite, es el contexto o factor cultural, ya que funge como el canal que da entendimiento al sistema de comunicación que se establece (figura 1). De este modo, si establecemos, los elementos de la comunicación dentro del lenguaje visual de la fotografía tenemos que, contamos con un emisor, (imagen fotográfica). Un receptor, (el usuario) un mensaje (conjunto de códigos susceptibles a ser interpretados), y un código (contexto cultural). Así pues, tenemos un primer acercamiento al lenguaje de la fotografía .
 
 
Figura 1. Modelo de análisis semiológico. El presente modelo ofrece un análisis de la imagen a partir de la interrelación de los temas centrales del presente artículo. De este modo tenemos que la imagen fotográfica se puede entender como una herramienta de comunicación que puede generar un acercamiento a la identidad a partir del análisis iconográfico de un movimiento cultural como lo es el caso de la comunidad dancística del tango en la Ciudad de México.
 
La semiología, en relación con la imagen fotográfica se avala del signo como elemento de comunicación. Por medio del signo es que podemos ejercer una interpretación al contemplar una imagen, otorgándole valores de significación a la imagen en función de nuestras propias vivencias y experiencias desarrolladas, de ahí que la arbitrariedad del signo haga relativo el proceso de significación de la imagen fotográfica.
Tenemos ahora, un factor más dentro de este estudio, la relativa arbitrariedad del signo, principalmente cuando se somete a ser interpretado. Ante esta problemática, lo que nos concierne a los comunicadores visuales es generar mensajes claros, eficientes, alejados de la confusión, para que el proceso de interpretación, que es, hasta cierto punto tarea ajena al hacedor de la imagen, fluya dentro de este sistema de comunicación, compartiendo los mismos códigos de entendimiento.
Proponer a la fotografía como un lenguaje implica el conocimiento y dominio de los códigos que dan coherencia a determinado diálogo. El cual se da a partir de representaciones simbólicas, donde, por una parte, encontramos que los elementos denotativos presentes en la imagen ofrecen información que puede ser interpretada casi inmediatamente al ser contemplada, ya que sugieren una descripción literal de lo que se observa. La interpretación de la imagen se establece a partir de la interrelación entre elementos de representación simbólica que el propio espectador establece de acuerdo a sus vivencias, experiencias, incluso contexto cultural, y es precisamente esta connotación la que ofrece un vínculo de conexión entre la imagen y el espectador; primer acercamiento a la identidad a partir de la fotografía.
 
La danza como lenguaje semiológico
 
Uno de los objetivos que plantea este artículo es ofrecer un acercamiento al lenguaje de la danza, en específico del tango, contemplado como una manifestación cultural por medio de la fotografía. Evidenciando de este modo, un vínculo de identidad entre la presente manifestación cultural y la comunidad del tango en la ciudad de México. Para generar este acercamiento, es preciso establecer algunas relaciones de semejanza entre fotografía y danza abordados como lenguajes semióticos. Y abordar esta manifestación cultural desde la perspectiva social y cultural.
La importancia de la danza en la sociedad talvez radica en la capacidad para revelarnos una posibilidad de entendimiento de la historia y de la realidad. Y desde la perspectiva social porque por naturaleza el hombre padece la necesidad de comprensión y entendimiento. La danza, por su naturaleza ritual y mística, posee un conocimiento que aún no podemos o sabemos descifrar(4).
La danza al igual que la imagen, son lenguajes anteriores al lenguaje discursivos los cuales, no están creados a partir de abstracciones o sintetizaciones simbólicas sino que están cargadas de evocaciones generadas a partir de representaciones que expresan una comunicación perceptiva multisensorial. Que implica, en el caso de la danza específicamente, establecer una comunicación corporal con quien se baila a partir de compartir una serie de códigos de conexión entre las partes involucradas. Dicha comunicación tiene origen en la interrelación de un código que va más allá del entendimiento de determinados movimientos; implica la conexión de diferentes aspectos sensitivos de las capacidades humanas, una conexión subjetiva de las partes intangibles de lo humano. Huxley propone que esta conexión multisensorial es una capacidad humana que poco a poco se va perdiendo cuando se aprenden convenciones culturales como el lenguaje que sintetizan los medios de percepción, pero que, por ejemplo, en los niños, ante la falta de un código convencional de lenguaje, utilizan medios de comunicación corporal para manifestar ideas. El danza y el baile, operan bajo el mismo principio; desarrollando capacidades de comunicación no verbal que permitan establecer un diálogo entre las partes involucradas. Semiológicamente se puede reconocer a la danza como un lenguaje donde se ven interacciones de procesos de significación. Si a esto sumamos el aspecto social y cultural, tenemos que como lenguaje, la danza socialmente funge como una especie de representación simbólica ante la presencia de la sociedad o determinada comunidad.
Hay una fuerte relación entre danza y sociedad: se utiliza como un medio de socialización entre grupos. La danzar popular es una fresca revaloración de las costumbres. Dallal, en El dancing mexicano establece, para un entendimiento de la función social de la danza, una analogía con el concepto de artesanía. Que en síntesis sugiere que ambas manifestaciones:
1) Son elementos que surgen de una necesidad vital: artículos, implementos, utensilios, prácticas, acciones y actos relacionados directamente con la vida cotidiana, adscritos a las actividades diarias y comunes de los grupos humanos; 2) Sus elementos “estéticos” surgen espontáneamente y quedan impregnados a esos artículos de uso diario o a aquellos hábitos o costumbres que periódicamente la gente discurre o celebra; 3) estos elementos estéticos pueden emerger potentes de una manera unitaria tras la práctica y la repetición después de ciclos enteros. 4) sus valores estéticos surgen como una necesidad supraestructural, por así decirlo, espiritual y sólo paulatina e involuntariamente van a expresar la realidad por medio de sus formas.
Aterrizando esta reflexión al caso práctico del presente artículo, tenemos que la comunidad del tango en la Ciudad de México se conforma a partir de un grupo de personas que ha crecido al paso del tiempo, y que adoptando y/o aprendiendo los códigos que se manejan en esta manifestación a partir de la interacción social que tiene transfondo en el baile y la danza. La potencial presencia de la comunidad argentina en la Ciudad ha hecho que dicho movimiento tome fuerza y evidentemente ha involucrado a propios y extraños a tal grado que actualmente, como manifestación cultural, ha sido bien acogida por el mexicano, por la relativa facilidad que implica el reconocimiento de símbolos identitarios, entre otros factores, por la semejanza de interacción en los modelos sociales latinoamericanos que hasta cierto punto, al mexicano le resultan de fácil comprensión y por ende, aprensión. Si bien, el gusto por la danza es lo que inicialmente puede generar un acercamiento entre el mexicano y la cultura argentina del tango, es posible que poco a poco se puedan compartir otros códigos como la música, la comida, la idiosincrasia, y de este modo reconstruir una identidad a partir de los elementos de una y otra cultura.
El tango como manifestación tiene un transfondo cultural que genara de la mezcla de diferentes culturas; la europea que emigra, la indígena de Argentina y de la raza negra de África. Si bien, es un dialogo bailado entre una pareja, connota pasión, nostalgia, sufrimiento, soledad, tristeza, sensualidad, entre otros conceptos. Octavio Paz en su ensayo El laberinto de la soledad(5) (1950) hace, desde una perspectiva muy general un acercamiento a la identidad del mexicano dada como una consecuencia que tuvo transfondo en una serie de eventos históricos, sociales y culturales que forjaron al paso del tiempo, una identidad nacional. Paz reflexiona sobre la identidad nacional del mexicano abordándola como una consecuencia generada por:
    -El choque con una cultura diferente, con la precisión y eficiencias norteamericanas.
    -El sentimiento de soledad; soledad que, por lo demás, el mexicano comparte con sus congéneres en todo el mundo.
    -Ante la conciencia de esta soledad, el ser humano aspira a un regreso cósmico, mediante el sexo y la muerte; a una situación de unidad y superación de los contrarios, pero sin conseguirlo.
    -Dicha soledad emana del sentido colectivo de existencia que las culturas precolombinas le proporcionaban.
    -Otras de las máscaras es la predilección por la forma, en tanto lo jurídico, como lo social, lo religioso y artístico.
Como podemos observar, entre la filosofía del tango y la identidad del mexicano existen conceptos que se comparten o que resultan de peculiar semejanza por lo que no resulta arbitrario querer establecer un vínculo de relación entre ambas identidades. Tomando a la danza únicamente como un pretexto es posible aportar desde la fotografía un acercamiento a la identidad de un manifestación cultural presente en el contexto de la ciudad.
 
Ensayo Fotográfico: El tango en la ciudad de México. Abrazos de arrabal. Año 2011. Técnica Fotografía Digital.
 
La fotografía y la identidad
 
Es preciso, para el entendimiento del presente artículo, abordar brevemente los albores de la identidad y su relación semiológica con la danza, la cultura y finalmente con la fotografía.
La identidad es un concepto que nace a partir del compartimiento y la interacción de símbolos que se mueven dentro de un ente social. Los estudios sobre la identidad han tenido nuevamente un auge en el último decenio (Cristoffanini, 1999). Entre otras razones, por la capacidad de interrelacionarse con otras disciplinas. En estos tiempos donde encontramos un sin fin de movimientos de orden social, político, religioso, cultural, artístico, entre otros, la identidad juega un papel de suma importancia ya que nos ofrece poder acercarnos al entendimiento de esos temas desde una perspectiva de la interacción del hombre con sus iguales.
En su mayoría, distintos autores que hablan sobre la identidad, coinciden en que se puede definir como un conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos), a través de los cuales los actores sociales (individuos y colectivos) demarcan sus fronteras y se distinguen de los demás actores en una situación determinada, todo ello dentro de un espacio históricamente específico y socialmente estructurado. Por lo que, la identidad no es una esencia sino algo que se construye a través de la visión del semejante. Y esta visión nunca es totalmente neutra y objetiva.
Chiu (2002) define la cultura como un sistema de símbolos significativos, no individuales sino colectivos donde los individuos aprenden este sistema, lo viven, lo comunican y se pueden agregar o sustraer elementos. Cada sociedad crea su cultura. Cada cultura tiene como base de su estructura social, las relaciones entre individuos, las cuales brindan los marcos de referencia para la creación de identidades, las cuales interactúan y determinan cómo será la cultura.
A partir de esta reflexión, se puede entender también a la identidad como un estudio semiológico que implica el reconocimiento y uso de símbolos para su aplicación. Si bien, la identidad tiene un estrecho vínculo de relación con la cultura, la cultura adopta a la danza como una de sus manifestaciones, por lo cual es posible establecer una relación a partir de la interacción de estos tres conceptos.
La comunidad del tango en la Ciudad de México ha forjado a lo largo de la última década un lenguaje simbólico (identidad) que le permite establecer un vínculo de comunicación entre sus integrantes, situación que les permite crecer como manifestación cultural. Inicialmente se tomó la danza como pretexto, pero el interés y la propia interacción y el intercambio de códigos en función de sus modos y costumbres construyeron un fuerte vínculos que les dio reconocimiento e identificación mutua, ante esto, el movimiento cultural del tango en México se ha revitalizado a tal grado que es posible encontrar lugares, culturales, donde la presencia del tango es evidente.
¿Qué papel juega la fotografía en este embrollo cultural y de la identidad? Pues bien, la fotografía, al ser una herramienta de comunicación, puede evidenciar por medio de sus imágenes un discurso que ayude a comprender la adopción y apropiación de una manifestación cultural, aparentemente ajena, de un determinado grupo, y que no pertenece a las convenciones culturales de la Ciudad de México. La contribución que se puede hacer desde la comunicación visual es ofrecer una herramienta para el análisis de un fenómeno cultural. Para esto, es evidentemente importante, entender el fenómeno desde una perspectiva holística para que la tarea del comunicador visual sea imparcial, clara y objetiva. Del mismo modo, debe dominar los conceptos que dan fundamentos a la comunicación visual. En caso específico de este artículo, propios de la semiótica.
La fotografía desde la connotación y la interpretación tiene la capacidad de interactuar con quien la contempla. Si bien la denotación habla de lo que objetivamente se encuentra presente en la imagen, es decir, de todos los elementos que podemos describir con sus características, la connotación nos refiere a las ideas que sugiere la imagen, lo que nos recuerda, las asociaciones con otros objetos, en suma, lo que significa culturalmente esa imagen(6). El comunicador visual posee la responsabilidad de ofrecer un mensaje objetivo, contextualizado y concebido bajo un lenguaje que pueda compartir un código de comprensión con el usuario.
La fotografía en relación con la danza tiene mucho que decir. En particular con el fenómeno cultural del tango en la ciudad de México, hay un diálogo pendiente que ni siquiera ha comenzado, hay todo un discursos que la fotografía debe traducir y perpetuar en relación con la efimeridad de la danza y el baile. Si bien la danza es una representación simbólica de un código que surge de la espontaneidad y naturalidad, es una representación volátil que perdura un momento. La fotografía por su parte, trabaja con el tiempo en forma yuxtapuesta a la danza; mientras que esta segunda opera en relación con el espacio-tiempo, la fotografía traduce irrumpe esa disposición temporal abstrayendo un fragmento del mismo para hacerla perdurar.
 
Conclusiones
 
Culturalmente, es posible utilizar a la danza como un modelo de análisis social, -¿ Cómo es posible evidenciar estos aspectos si no es por medio de referencias visuales? La fotografía es capaz de contribuir socialmente a estos estudios. La identidad es un concepto intangible, la fotografía puede acercarnos a la identificación de elementos que conforman la identidad de determinado grupo. Es a partir de la imagen fotográfica y su lenguaje que el usuario logra establecer un vínculo de identificación mediante el cual se pueda establecer un auto-reconocimiento.
Connotar los elementos simbólicos de la danza mediante la imagen implica un conocimiento de ambas disciplinas. Entender un fenómenos cultural por medio de la danza implica también el conocimiento de un contexto. Poder codificar los elementos de la imagen fotográfica para darles estructura y coherencia, implica el dominio de determinados conceptos propios de la semiótica. Situación que evidencia la complejidad de los procesos de significación.
A lo largo de este artículo se evidenció que la fotografía y la danza son lenguajes que operan a partir de procesos de significación. Que ambos discursos van más allá de la literalidad de las palabras, ya que se valen de elementos connotativos para poder fungir como tales. Otorgar valores de significación a la imagen fotográfica a partir del registro de una manifestación que implica a su ves procesos de significación, como es el caso de la danza, resulta una tarea compleja y dicho proceso se vuelve aún más difícil cuando involucras a la identidad, que también es un concepto que se avala de los simbolismos para establecer sus fundamentos. Dicha situación evidencia un análisis y una reflexión fundamentada en el entendimiento y dominio de conceptos que aterrizados en una propuesta visual eficiente, facilitarán es establecer un dialogo entre las partes que lo conformen (imagen-usuario)
Finalmente la semiología, busca crear a partir de la simbolización, un lenguaje que facilite el entendimiento de los códigos convencionalizados culturalmente. La imagen fotográfica es sólo una síntesis que pretende establecer un dialogo, mediante la lectura de sus elementos. La danza también busca establecer un dialogo mediante la lectura de sus movimientos. En su designio más noble, la imagen y la danza sugieren una revaloración del los proceso de comunicación que se yuxtaponen a la obsesión por definir, delimitar, caracterizar o conceptualizar las cosas, en base a limitadas representaciones, que el hombre identifica dentro de un código de entendimiento. Lo cual habla de la necesidad supraestrutral que implican a la subjetividad, expresividad, percepción y emotividad, características presentes en la artes.
 
Referencias
 
COSTA, Joan (1991) La fotografía: Entre la sumisión y subversión. México: Trillas- Sigma.
CRISTOFFANINI, Pablo Rolando (comp.) (1999) Identidad y otredad en el mundo de habla hispánica. UNAM, México.
CHUI, Amparán. (2002)Sociología de la identidad. México: UAM, Porrua.
DALLAL, Alberto. (2010) El dancing mexicano. México: UNAM, Instituto de Investigaciones estéticas.
ECO, Umberto. (1976) La vida social como un sistema de signos. En Introducción al estructuralismo. Madrid: Alianza Editorial.
FLUSSER, Vilém (1990) Hacia una filosofía de la fotografía. México: Trillas- Sigma.
GONZÁLEZ, Cesar (1986), Imagen y sentido. México: UNAM.
HUXLEY, Aldous . (2009) Las puertas de la percepción. Cielo e infierno. Traducción de Miguel de Hernani. Barcelona: Edhasa.
SAUSSURE, Fernand de. (1995) Curso de lingüística general. México: Fantamara,
TOUSSAINT, Florence. (1975)Crítica de la información de masas. México: ANUIES,
ZAMORA, Fernando. (2007) Filosofía de la imagen, México: UNAM-ENAP.
 
Notas: 1) Huxley, Aldous (2009). Las puertas de la percepción. Cielo e infierno; 2) Saussure, Fernand de. Curso de lingüística general. Fantamara, México, 1995; 3) Zamora Águila, Fernando. Filosofía de la imagen, UNAM-ENAP. 2007. Traducción de Miguel de Hernani. Barcelona: Editorial Edhasa; 4) Dallal, Alberto. El dancing mexicano, UNAM, Instituto de Investigaciones estéticas. México, 2010; 5) Cristoffanini, Pablo Rolando (comp.) Identidad y otredad en el mundo de habla hispánica. UNAM, México 1999; 6) Toussaint. Florence. Crítica de la información de masas. ANUIES, México, 1975;
 
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Proyecto: “Frontera Tango”. La fotografía documental como proceso de comunicación e identidad en el contexto de la comunidad del Tango . Marzo, 2012.

Hablar de fotografía es hablar de un mundo de imágenes que busca llenar de elementos descriptivos un espacio que se presta a la interpretación de lo visual desde diferentes perspectivas. Su capacidad de representar, la posiciona como un lenguaje visual que se establece a partir del elementos como el color, formas, texturas, entre otros elementos, en su designio más evidente. De la misma forma que también por medio de las interpretaciones simbólicas (connotación) podemos desarrollar un entendimiento a manera de lenguaje que nos hace interactuar con la imagen.
El hombre y su incansable obsesión por definir, delimitar, caracterizar o conceptualizar el mundo que le rodea, en base a sus limitadas representaciones que identifica dentro de un código de entendimiento, lo ha obligado a establecer vínculos de comunicación y lenguajes para facilitar procesos de comunicación. Estos procesos van más allá de los lenguajes escritos y hablados. En los inicios de la humanidad, las representaciones simbólicas de imágenes determinaban intentos de comunicación. Incluso manifestaciones corporales como la danza fungían como medios de percepción que establecían vínculos de comunicación con los iguales.
La danza y la cultura poseen un estrecho vínculo de relación. La fotografía es capaz de traducir dicho vínculo de relación y su incidencia en la sociedad a partir del análisis de sus imágenes. El presente proyecto, pretende proponer a la fotografía, como un proceso de comunicación sobre los aspectos culturales que forjan la identidad de la comunidad del tango en el contexto específico de la Ciudad de México. Considerando a la fotografía como herramienta de estudio, encontramos que el registro fotográfico de este fenómeno cultural puede evidenciar elementos identitarios de la forma de vida de la gente y en general de la cultura, y contribuir desde la comunicación visual a un entendimiento de la sociedad contemporánea en relación con sus manifestaciones culturales.
La comunidad del tango en la Ciudad de México ha forjado a lo largo de las últimas dos décadas un lenguaje simbólico (identidad) que le permite establecer un vínculo de comunicación entre sus integrantes, situación que les permite crecer como manifestación cultural. Inicialmente se tomó la danza como pretexto, pero el interés y la propia interacción y el intercambio de códigos en función de sus modos y costumbres construyeron un fuerte vínculos que les dio reconocimiento e identificación mutua, ante esto, el movimiento cultural del tango en México se ha revitalizado a tal grado que es posible encontrar lugares, culturales, donde la presencia del tango es evidente.
¿Qué papel juega la fotografía en este embrollo cultural y de la identidad? Pues bien, la fotografía, al ser una herramienta de comunicación, puede evidenciar por medio de sus imágenes un discurso que ayude a comprender la adopción y apropiación de una manifestación cultural, aparentemente ajena, de un determinado grupo, y que no pertenece a las convenciones culturales de la Ciudad de México. La contribución que se puede hacer desde la comunicación visual es ofrecer una herramienta para el análisis de un fenómeno cultural.
La fotografía en relación con la danza tiene mucho que decir. En particular con el fenómeno cultural del tango, hay un diálogo pendiente que ni siquiera ha comenzado, hay todo un discursos que la fotografía debe traducir y perpetuar en relación con la efimeridad de la danza y el baile. Si bien la danza es una representación simbólica de un código que surge de la espontaneidad y naturalidad, es una representación volátil que perdura un momento. La fotografía por su parte, trabaja con el tiempo en forma yuxtapuesta a la danza; mientras que esta segunda opera en relación con el espacio-tiempo, la fotografía traduce irrumpe esa disposición temporal abstrayendo un fragmento del mismo para hacerla perdurar.
Culturalmente, es posible utilizar a la danza como un modelo de análisis social, -¿ Cómo es posible evidenciar estos aspectos si no es por medio de referencias visuales? La fotografía es capaz de contribuir socialmente a estos estudios. La identidad es un concepto intangible, la fotografía puede acercarnos a la identificación de elementos que conforman la identidad de determinado grupo. Es a partir de la imagen fotográfica y su lenguaje que el usuario logra establecer un vínculo de identificación mediante el cual se pueda establecer un auto-reconocimiento.
 
Carlos Blanco: Egresado de la Licenciatura en Diseño y Comunicación Visual con orientación en fotografía en 2006 por la Escuela Nacional de Artes Plásticas (UNAM).
En el campo de la fotografía realizado trabajo docente, impartiendo curso de iniciación a la fotografía en el Colegio de Ciencias y Humanidades, México, plantel Vallejo (2005), así como curso de Fotografías e historias de vida para jóvenes indígenas del estado de Hidalgo, México (2007) y curso de “Los Hñahñu vistos por los Hñahñu” (2008). Estuve a cargo del archivo fotográfico generado durante la investigación “Intervención intercultural para promover la salud mental de los adolescentes indígenas Hñahñu” realizada por el área de investigaciones psicosociales del instituto Nacional de Psiquiatría de 2005 a 2008.
He participado en varias exposiciones colectivas. Así como también he realizado dos exposiciones individuales, la primera en la casa de la cultura de Actopan, Hidalgo, y la segunda traspaso las fronteras llegando a Toronto, Canadá.
Participé en varios concursos de fotografía. Obteniendo en dos ocasiones menciones honoríficas. Una durante el concurso “Mi ciudad y su gente” por el ITESM ( 2005) y “Mujer que sabe latín” (2006) por la UNAM.
Actualmente realizó estudios de maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrollando una investigación relacionada con la fotografía documental como proceso de comunicación e identidad en el contexto de la comunidad dancística del tango en la Ciudad de México.
Hoy me encuentro en Montevideo, realizando una estancia de Investigación por los próximos 5 meses, para concluir el proyecto en mención, teniendo como uno de los objetivos primordiales, buscar espacios en los que pueda mostrar y enriquecer los resultados preliminares de mi investigación y generar una retroalimentación entre el usuario y mi propuesta.