En las siguientes líneas intentaremos responder algunas interrogantes que Mauricio Bruno plantea en su artículo "Lenguaje de gestos. Acerca de Montevideo Inside Out y la disputa por la visualidad en el espacio público", acerca de nuestra acción “Montevideo Inside Out” MIO, ciertos “desfasajes” que él considera existieron entre la propuesta y la realización.
Cuando surgió la idea de participar del proyecto Inside Out desde Montevideo optamos por invitar a cooperativas de clasificadores a participar del mismo. Dejaremos de lado los motivos socio-ambientales para enfocarnos más en lo que fue la planificación y los resultados de esta pequeña “campaña visual”, ya que es donde Bruno puso el énfasis.
Para empezar consideramos interesante y divertido poder realizar una intervención artística con una reivindicación social apelando a sonrisas y al humor. En una sociedad en la que la mayoría de las movilizaciones sociales caen en el dramatismo extremo o la grisura absoluta, y muy rara vez se le dedica tiempo a la imagen que la movilización va a dar (sea marcha, concentración, acto...) nos pareció que un poco de sonrisas podían venir bien.
A continuación responderemos algunas de las inquietudes que Bruno ha planteado: “sería muy interesante preguntarle a las personas que caminan frente a las fotografías qué sensaciones les han provocado, qué piensan de ellas, quienes suponen que son los retratados y, en caso de saberlo, si luego de haberlas visto han reformulado su visión acerca del fenómeno de las cooperativas de clasificadores.” El considerar que las fotografías por sí solas podrían lograr que alguien reformule su visión acerca de las cooperativas de clasificadores, es una sobrestimación de lo que un retrato puede comunicar por sí solo (ya que Bruno está planteando el caso hipotético de la persona que se planta frente a las fotos sin mayor información que la está viendo en el momento), especialmente en el marco de una reivindicación socio-ambiental bastante compleja. En este caso las fotografías fueron disparadores, llamadores de atención, para poder informar sobre la dinámica de trabajo cooperativo en la clasificación de residuos. En principio nos interesaba llegarle a las personas que no conocen esta dinámica de trabajo, en ningún momento fue nuestro objetivo que quienes sí la conocían “reformularan” su visión sobre las mismas. La información sobre la dinámica de trabajo de las cooperativas fue difundida por medios de comunicación, redes sociales, blogs y personal de atención al público del Teatro Solís.
También es importante aclarar que al realizar esta acción, considerando lo poco que pueden llegar a durar gigantografías en espacios públicos, nos preocupamos por tener un registro completo en foto y video, el cual hemos difundido junto a un comunicado de prensa con información que le da el contexto necesario a las fotografías para que se entienda la acción en su conjunto. De esta forma nos aseguramos llegarle a un público mayor y más diverso que el que se podía encontrar a las fotografías en la calle.
Sobre las sensaciones que las fotografías provocaron en las personas que las veían hemos recibido diversas opiniones, la gran mayoría ellas han sido muy positivas dentro de la subjetividad de cada quien. “Los realizadores se han preocupado por difundir la propuesta en los medios de prensa y las redes sociales, ofreciendo esa información contextual sin la cual sería imposible distinguir esta instalación artística de una campaña publicitaria de anticipación. Sin embargo es poco probable que una nota en un diario o un informativo televisivo logre sustituir esa dimensión informativa ausente de la propia propuesta (...) Una propuesta artística desconocida en nuestro país, que pretende concientizar sobre un problema poco elaborado socialmente, y que lo hace a través de un mensaje complejo está mucho más lejos de bastarse a sí misma para competir en el mercado de los discursos visuales.”
Nosotros consideramos a las fotografías y los medios de comunicación, entre tantos otros elementos, como parte de un todo que le da sentido y contenido a la acción. La propuesta tenía y tiene una pata de equilibrio imprescindible en los medios de comunicación. Sin buena difusión la acción habría sido un rotundo fracaso. Dentro de las medidas que tomamos para asegurarnos una buena difusión está el comunicado de prensa que lanzamos en la madrugada del día que llevamos a cabo la acción, así como contactos previos con periodistas etc. Claro que seguramente debe haber gente que vio las fotos y nunca se enteró ni se enterará de qué trataban, capaz les gustaron, capaz no. Pero la difusión que ha tenido la acción, y que sigue teniendo, de forma integral (fotos junto a la respectiva información de contexto) nos deja por demás satisfechos.
"Por otro lado, el desfasaje entre la propuesta y la realización de la intervención también pasa por el propio contenido de las imágenes. ¿Por qué un retrato visualmente distorsionado y extravagante de un integrante de una cooperativa de clasificadores debería contribuir a jerarquizar esa forma de organización del trabajo por sobre la de los clasificadores que trabajan en la calle con carros tirados por caballos?" Parte de esta interrogante está respondida anteriormente, solo nos queda aclarar que la distorsión en los retratos no es mucha, están hechos con un lente aprox 28mm. Considerar “extravagante” una cara sonriente o haciendo una mueca no hace más que reforzar lo que mencionábamos al principio respecto a la falta de humor en las reivindicaciones sociales de nuestra sociedad.
"Tal vez estos desfasajes puedan explicarse por el transplante automático a un contexto nuevo de una propuesta pensada originalmente para otro espacio cultural y social. El proyecto original del JR se propuso la visibilización de los sectores excluidos habitantes de los suburbios de París, con un énfasis en las minorías culturales y los inmigrantes ilegales. En el marco de una sociedad como la francesa, atravesada por los debates acerca del choque o la convivencia de culturas diferentes, los desafíos a la “identidad nacional” y la inmigración masiva, la propuesta de JR aparecía protegida por una coraza ideológica fuerte". Es cierto que quizás el proyecto original de JR en los suburbios parisinos tal vez no necesitó apoyarse en medios de comunicación que explicaran la propuesta. Capaz que si acá hubiéramos retratado “planchas” siguiendo la metodología inicial de JR tampoco nos habrían sido indispensables, pero fue decisión nuestra el apoyarnos en distintos medios de comunicación.
“Pero el proyecto se extendió y llegó a países como Brasil, Kenia, Israel, Camboya y Uruguay. No resulta claro por qué el código visual manejado para París resultaría igual de efectivo -en términos comunicativos- para culturas cuyo concepto de la imagen no tiene por qué ser el occidental. En una entrevista a JR publicada en El País de Madrid se informa que el artista se inició como grafitero, pero al darse cuenta de que el lenguaje del aerosol llegaba solo a una comunidad concreta, optó por la fotografía, que “hablaba un lenguaje universal”. Pero ¿por qué la fotografía debería significar para todos lo mismo?...” Respecto a este párrafo optaremos por limitarnos a nuestra experiencia, al realizar la acción en Montevideo, y a los resultados obtenidos. Al considerar llevar a acabo ésta acción nos cuestionamos si podía llegar a funcionar. Capaz la primer respuesta afirmativa fue la de los propios clasificadores gustosos de participar, luego la de amigos que ayudaron, la de las autoridades que cedieron espacios para intervenir, la de los medios que informaron al respecto y fundamentalmente la de la gente que se interesó, que se sorprendió, que sonrió, que se informó. Eso hace que hoy podamos decir que la importación de la idea, adaptada como consideramos necesario, fue exitosa. Si las experiencias de Brasil, Kenia, Israel o Camboya fueron exitosas o no, si se pudo utilizar a la fotografía como un lenguaje universal, sería interesante preguntarle a quienes estuvieron involucrados en dichos países.
"Montevideo Inside Out es una iniciativa a destacar, que apuesta a la construcción de un proyecto artístico de impacto masivo, colocando a la fotografía al servicio de organizaciones sociales que pugnan por la dignificación del trabajo y los trabajadores. No obstante, parte de una sobrevaloración de la herramienta fotográfica, la cual por limitaciones inherentes a su composición como lenguaje no cumple con las expectativas, más allá de las virtudes de los artistas y del potencial removedor del proyecto". La conclusión a la que llega Bruno de que MIO parte de una “sobrevaloración de la herramienta fotográfica” es comparable a una situación muy frecuente, que es la de las personas que van a ver una exposición “clásica” de fotografía documental y no leen la introducción ni los pie de foto, perdiendo gran parte de lo que el autor quiso decir. Claro que en una exposición “clásica” la información de contexto acompaña en espacio y tiempo a las imágenes, mientras que en esta acción optamos por que la información de contexto que le da sentido a la actividad llegara por diversos canales.