Esta es la segunda entrevista de la serie que Indexfoto viene realizando a las fotógrafas integrantes de la muestra “Cuatro mujeres”, expuesta en la Fotogalería a cielo abierto/Parque Rodó, organizada en el marco del mes de la mujer por la Secretaría de la Mujer y el CdF, desde el 23 de marzo hasta el 9 de mayo. Con la colaboración de Adriana Lestido, se definió invitar a formar parte de esta exposición a las fotógrafas argentinas Cecilia Lutufyan, Verónica Mastrosimone, Graciela Calabrese y Gisela Volá. En esta segunda entrevista -la primera fue a Gisela Volá- Indexfoto consultó a Cecilia Lutufyan sobre algunos aspectos generales de su propuesta “Sueños tal vez nunca soñados”.
¿Cómo fue la organización de este trabajo, cuándo comenzás a desarrollarlo y a partir de qué búsquedas?
Entre mis viejas fotografías, siempre tuve especial curiosidad y cariño por un grupo de imágenes (tomadas en diferentes momentos) que volvían una y otra vez sobre el tema del agua y las mujeres. Imágenes que dejaban entrever una búsqueda. En el verano de 2007 decidí ahondar un poco más en eso que me interesaba ver. Empecé a viajar a lugares donde hubiera mar, ríos, lagunas, agua en entornos naturales. Hice fotos debajo del agua (utilizando una bolsa estanca), fuera del agua y en la superficie hasta encontrar las imágenes que buscaba. Me instalaba con un libro por largas horas y recorría una y otra vez las orillas hasta encontrar la persona que estaba buscando para mis fotos. Una especie de ninfa o ser que habita en el agua. Muchas veces, volvía a casa sin encontrarlas. Me interesaba sobre todo registrar encuentros fugaces, apariciones. Algo así como tener la posibilidad de espiar otro plano habitado por seres que apenas se dejan ver. Es hurgar en aquello que uno no puede comprender pero que a la vez es muy cierto. Es jugar con los límites de lo real y con otros posibles. El año pasado, en el marco del taller de Julieta Escardó, surgió la posibilidad de incorporar algunas fotografías de bosques. Creo que esas nuevas fotos potencian la serie al introducir otros escenarios igualmente misteriosos donde no hay presencia humana pero sí huellas ocultas. “Sueños tal vez nunca soñados” es uno de los trabajos en los que más me animé a jugar con la ficción. Las ninfas se prestaron a ese juego con absoluta confianza y eso me permitió lograr las imágenes que estaba buscando. Es como contar un cuento imaginario que te permite explicar a tu manera aquello que ni siquiera podés nombrar.
¿Por qué el recurso del agua como hilo conductor?
En la naturaleza, el agua según la luz y su composición adquiere tonalidades extrañas que pueden ir desde un verde brillante hasta un marrón denso, casi negro y gracias a eso las imágenes se vuelven muy pictóricas, a veces “irreales”. Cuando volvía de hacer fotos y revelaba los rollos, notaba que el agua y sus efectos escapaban al control de la situación fotografiada. Y eso fue lo que más me entusiasmó. Ansiaba la sorpresa. El agua además, en las fotografías, se veía como en mis sueños, misteriosa, poco clara, como si escondiera algunos secretos. La naturaleza siempre me resultó inquietante y creo que el agua es uno de sus elementos más poderosos.
Como fotógrafa, ¿cómo te posicionás al fotografiar a tus congéneres? ¿Qué preconceptos o disposiciones considerás que intervienen en ese momento?
Mientras hacía las fotografías, no sentí una disposición especial de mi parte por el hecho de fotografiar mujeres. Probablemente al comienzo, había alguna empatía e identificación inconciente por tratarse de personas de mi mismo género, pero mi intención era más bien transformar esas personas reales en seres de otro orden.
Adriana Lestido fue una de las figuras articuladoras de esta muestra y docente de las cuatro fotógrafas expositoras. ¿En qué sentido considerás que marcó tu modo de fotografiar y de concebir la fotografía?
Adriana me enseñó a leer las imágenes, a prestar atención a aquello que las fotografías dicen, cuentan de uno. Cuando reveo un trabajo puedo terminar de entender qué es lo que estoy mirando, qué busco a través de las fotos. Adriana me ayudó a encontrarle un sentido a las imágenes, a entender por qué miramos lo que miramos (que tiene mucho que ver con nuestra historia). Y qué significa ser fiel a uno mismo.
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“Lo único que sabemos
es lo que nos sorprende:
que todo pasa, como
si no hubiera pasado”
Silvina Ocampo, Poesía inédita y dispersa
Cecilia Lutufyan nació en Buenos Aires en 1973. Se graduó como licenciada en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Asistió al taller de expresión fotográfica dirigido por Juan Travnik en 1998, participa de los talleres de análisis de obra dictado por Adriana Lestido desde 2002 y del taller de fotografía contemporánea que dirige Julieta Escardó desde marzo de 2011. Exhibiciones y premios: muestra individual Criaturas en la Fotogalería del San Martín curada por Juan Travnik, Buenos Aires 2011-2012; premio publicación del libro Criaturas en el marco de la Feria de Libros de Autor de Lima, marzo 2012; muestra colectiva Las Palmas en Galería Céntrica curada por Vivi Abelson, Buenos Aires 2010; publicación del ensayo Aparecidos en la Revista Dulce Equis Negra y muestra colectiva de la revista Dulce Equis Negra, curada por Marcos Adandía, Mac de Salta 2006. Actualmente trabaja en Buenos Aires como fotógrafa y editora.