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Luz en la piel

Autor: Alejandra Marín (Ar)

El taller de fotografía Luz en la Piel, funciona dentro del marco de la Asociación Civil Yo no fui. Se realiza hace más de cuatro años dentro de la Unidad Penitenciaria 31 que se encuentra en Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires. Esta unidad es de mujeres y tiene la particularidad que posee un pabellón de madres y gran parte de su población son extranjeras.
 
 
El taller se inauguró en marzo de 2008. La idea fue desarrollar la expresión y la creatividad a través de la imagen. El taller no funciona sólo como una herramienta de expresión, necesaria en estos ámbitos de encierro, sino también como una manera de sociabilización, dentro y fuera del penal. A lo largo de estos años, distintos fotógrafos han visitado el taller para compartir su trabajo con el grupo y hemos realizado numerosas muestras tanto en el país como en el extranjero. El taller entonces, habilita un proceso de reflexión que nos permite pensarnos desde otro lugar, desde otro ángulo. Compartir nuestra mirada del mundo con el otro, descubrirnos con el otro.
 
 
Desde 2009 nos centramos en la fotografía estenopeica. Las alumnas participan de la totalidad del proceso fotográfico, desde la construcción de la cámara hasta la obtención y posterior positivado de los negativos. Se utilizan cajas de cartón que fueron transformadas en cámaras fotográficas en las que se usa papel sensible B&N. Y cuando utilizamos película color, construimos cámaras con cajitas de fósforos.
La modalidad de este taller es esencialmente práctica y colectiva. El proceso de toma de imagen, de revelado y positivado se hace de manera grupal, alguien piensa la imagen, otra modela, otra decide el tiempo de exposición, una revela y otra positiva.
 
 
El nombre Luz en La Piel nace en 2010 como una necesidad de las chicas de completar la identidad del grupo, de tener un espacio de pertenencia, tanto dentro como fuera del penal. Porque un nombre, en gran medida, es lo que nos identifica. Simplemente hablamos de fotografía, pero fotografía que transforma, que permite ver otros rostros cuando les da la luz en la piel.
 
 
El año pasado en la Feria del Libro de Foto de Autor, junto con Eugenia Rodeyro y Julieta Escardo surge un proyecto, que parecía inalcanzable: realizar un libro sobre el trabajo realizado durante todos estos años. Y gracias al apoyo de La Luminosa y de un grupo increíble de personas pudimos llevarlo a cabo y cumplir este sueño. Pablo Grancharoff se sumó al proyecto con la impresión del libro, Florencia Goldztein, encuadernadora y docente de YNF se sumó y convocó a otras colegas, Carolina Podestá y Magdalena Gasquet, quienes también participaron del proceso de encuadernación artesanal, Ana Paula Méndez, también docente de YNF y Marianela Portillo se abocaron al diseño, Marcelo Delucchi copió las fotos color, Alejandra Marín las blanco y negro y Julio Menajovsky nos prestó su mesa de reproducción.
 
 
“Es muy difícil encontrar diferencias a lo largo de los años en un patio de 5x7. Siempre los mismos bancos de cemento, el mismo pasto, el alambre de púa que parece enredar el cielo, los mismos alambrados que cortan en cuadraditos el horizonte. Muy pocos momentos provocan la magia de hacer cada lunes, un día diferente al resto de la semana como lo hace desde hace muchos años, durante dos horas, el taller de fotografía. Allí tuve la oportunidad de descubrir poco a poco la técnica de las cámaras estenopeicas. Aprendí a tomarme el tiempo suficiente para encontrar el ángulo apropiado y así preparar la idea que quería plasmar en cada imagen; aprendí qué es una foto contrapicada, cuál es la diferencia entre el revelador y el detenedor, cuáles son los tiempos de exposición en el laboratorio o qué es positivar una foto. Pude crear a partir de otros puntos de vista, en un lugar que conocía de sobra y que nada hubiera tenido para ofrecer si no lo veía detrás de la cámara. Me ayudó a verme de otra manera, percibí otra realidad al conocer personas que venían con dedicación todas las semanas para enseñarnos cómo atravesar el cemento, el mínimo cuadrado de pasto por medio”.
Liliana Cabrera, alumna del taller Luz en la Piel.
 

“En el taller de fotografía no sólo aprendí a hacer fotografía. Descubrí una parte de mí que ni yo misma sabía que ahí estaba, una artista dormida dentro mío. Creo que el taller me dio la posibilidad de tener otra mirada sobre las cosas a partir de un cambio interior. A través de las fotos intento expresarme de una manera personal y mientras hago una toma, siento que no saco para un álbum familiar, ahora es distinto. En un laboratorio improvisado, que el resto de los días es un cuartito destinado al taller de peluquería, se produce la magia de la fotografía. De a poco aparece en un papel la imagen que sacamos con tanta dedicación. Para mí éste es un momento muy especial, y mientras transcurre el tiempo, solo pienso en quiénes verán mi trabajo y deseo que cuando lo vean pueda transmitirles que las personas que estamos privadas de libertad no sólo producimos violencia o todas las cosas malas que dicen los medios de comunicación; nosotras también podemos hacer arte, y con mucho amor”.
Miriam López, alumna del taller Luz en la Piel.
 
 
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Docentes del taller
2008: Guadalupe Faraj y Cecilia Glic
2009-2011: Guadalupe Faraj y Alejandra Marín
Octubre 2011 hasta la actualidad: Alejandra Marín, Ruth Guzman y Natacha Ebers
 
El libro “Luz en la Piel” (Ediciones La Luminosa, BsAs, 2012)  fue presentado en La Feria de Libro de Autor en Espacio Ecléctico, en el marco de la XVII edición de los Encuentros Abiertos – Festival de la Luz 2012.