La temporada estival trae en el norte actividades culturales varias, Cannes, Art Basel, y para la fotografía también es un momento de encuentro. El clásico Les Rencontres d’ Arles en el sur de Francia ya empezó con sus actividades, y en Barcelona se celebró por cuarta vez el Photo Meeting OjodePez, tres jornadas dedicadas a la fotografía contemporánea, sobre todo documental.
El Photo Meeting se realizó durante tres jornadas, 11, 12 y 13 de junio, con un programa intenso de visionados de portfolios, mesas redondas, proyecciones de fotógrafos, conversaciones y conferencias abiertas al público, que buscan fomentar el diálogo entre los diferentes actores alrededor de la fotografía documental.
¿Por qué son importantes estas instancias cuando podemos estar al tanto de todo e instantáneamente gracias a internet? Primero porque todo es demasiado, no podríamos ni queriendo estar al tanto de cada portfolio que se publica, de cada fotógrafo que empieza un nuevo proyecto. Tener todo al alcance implica un caos tal que se vuelve necesario discernir. Es importante ver, mirar, contextualizar y ordenar la cantidad inmensurable de trabajos alrededor de la imagen que se producen actualmente.
No se puede ver sin pensar, dice Joan Fontcuberta, y es lo que predica con sus proyectos fotográficos, curatoriales y publicaciones. La fotografía, dice él (y yo agregaría el arte en general), se ha vuelto una actividad filosófica más que pictórica, y estos encuentros sirven para ver qué estamos viendo como sociedad, y cómo lo estamos viendo. Quiénes están produciendo imágenes-pensamiento que nos lleven a ver un poco más allá.
Este encuentro giró en torno a la fotografía del inconformismo, título originado por la muestra Los Inconformistas de Martin Parr, un trabajo seminal en la obra de este artista, que adelanta la mirada cínica con la que nos mira actualmente. Los inconformistas es un trabajo de fotografías en blanco y negro que comienza en 1975, cuando Parr salía de la escuela de arte y se dedicaba unos meses a retratar la vida de la gente de un pequeño pueblo de Yorkshire. A diferencia de sus trabajos posteriores Los Inconformistas es un homenaje a esa gente y a ese pueblo, una mirada afectiva que engrandece la cotidianeidad de un pequeño pueblo, su gente, sus animales, sus costumbres.
Las jornadas empezaban de manera grandilocuente y paradójica, Martin Parr era el guía de su propia muestra, recorría la sala rodeado de un grupo de gente que lo seguía y le sacaba fotos. Él se divertía y animaba a las preguntas. Es un hombre con humor, el mismo que tienen sus fotos, de fácil trato, sin pose, crítico y humilde. Nos contó lo agradecido que estaba a Margaret Tatcher, que gracias a la negligencia de su mandato inspiró el trabajo de tantos fotógrafos documentales –siempre somos un poco izquierdosos-, que como él la detestaban, y atacaron con ira sus políticas a través de sus obras.
Su proyecto es siempre el mismo, la riqueza de occidente y los modelos adoptados para gastar ese dinero; turismo, lujo, shoppings. Consumo. Su materia prima es la realidad; la recorre, la observa, la imita y la fotografía caricaturizándola, exagerándola. El paso al color entonces parece natural, mucho más cercano a las imágenes actuales, también producto de consumición, la publicidad, la moda, la televisión.
El siguiente invitado de honor en estas jornadas fue
Joan Fontcuberta quien ha desarrollado su carrera desde el cuestionamiento a la veracidad de la fotografía, el hecho de que lo fotografiado haya estado ahí en ese momento no implica que haya sido cierto. La cámara no miente, el fotógrafo sí. Con sus proyectos artísticos, sus propuestas como curador y sus publicaciones, Fontcuberta lleva nuestra mirada al límite, y nos invita a cuestionar nuestra forma de ver, qué hay en la foto, quién la sacó, etc. No nos dejemos engañar, y afirma así al arte como una forma de conocimiento, de manera de mirar al mundo que implica un pensamiento crítico.
En la conferencia el autor se centra en la actualidad iconográfica de nuestro tiempo, las imágenes como el principal objeto de consumo. Y por supuesto, aparecen las selfies. Para el catalán, las selfies no son una moda, algo pasajero, sino todo lo contrario, es una evolución natural del principio básico de la fotografía de testimoniar la existencia. Un pasaje del esto fue, hacia el yo he estado ahí, y también al yo fui, soy. Estoy en esta foto, me defino así. Ya no dependemos de un tercero para lograr el retrato, la imagen que eterniza mi existencia efímera. Así que habrá que acostumbrarse y adaptarse, larga vida a las selfies.
También habló con ironía de los nuevos problemas que la gran producción y consumición de las fotografías conlleva, como la sexualización de las imágenes; y por ende de los fotografiados, y por ende de la red, de las imágenes que nos rodean día a día. También, y siempre desde una mirada irónica, Fontcuberta acuñó el término hackerazzis para denominar a los nuevos paparazzis de la red, que en lugar de esconderse tras los arbustos hurgan en los diferentes dispositivos de las estrellas y publican sus fotos en las redes sociales. Ejemplos, miles, él eligió la sexy selfie de Scarlett Johansson.
Las jornadas contaron con muchos fotógrafos más que presentaban sus últimos proyectos, entre ellos voy a elegir el de Martin Kollar, uno de los jóvenes integrantes de la Agencia Magnum que trabajó junto a grandes de la historia de la fotografía en el proyecto This Place, un proyecto junto a otros once célebres fotógrafos que explora la complejidad de Israel como espacio y metáfora, entre ellos Joseph Koudelka, Stephen Shore, Thomas Struth y Jeff Wall. Entre los doce crearon una visión múltiple, un retrato fragmentado sobre las paradojas y desavenencias de este lugar.
Otra de las actividades que rescato notoriamente, son las mesas redondas en torno a las formas de ver y construir los proyectos fotográficos hoy en día, publicaciones, festivales off, revistas, libros auto- editados, etc. Una de ella en torno a las publicaciones digitales, bajo la pregunta de si podríamos o no considerarlas verdaderas publicaciones. Los integrantes de la mesa eran Diego Orlando, Tim Clark y Jim Casper, (editores de
Burn Magazine,
1000 WordsMag y
Lens Culture respectivamente) con lo que la respuesta fue, evidentemente, que sí son válidas como publicaciones las ediciones en línea. Realmente, conociendo estas y otras revistas digitales, y agregando tantas otras plataformas (
pixel press,
socialdocumentary, entre otras) que se han sumado en los últimos años, muchas veces asociadas a medios en papel, las publicaciones digitales parecen quizás una de las formas más coherente de publicar un trabajo fotográfico documental, apoyado en imágenes y en textos, pero también en audiovisuales y sobre todo en el total de la información a través de enlaces que se le puede asociar.
Estos eventos concentran a los diferentes actores de la fotografía actual, galeristas, coleccionistas, pensadores, historiadores, fotógrafos profesionales y amateurs. Los reúnen en torno a títulos que llevan a la reflexión, y en torno a ella es que se crean las formas en las que se va a seguir produciendo y o consumiendo. Se avalan trabajos, se iluminan tendencias, se rescatan olvidos. Se ordena. Algo que nos falta en este caos iconográfico en el que estamos sumidos.
Natalia de León
Junio 2014
www.nataliadeleon.com