¿Cuáles son tus motivaciones para hacer fotografías?
Cuando fotografiamos nos quedamos con algo de lo que vivimos, algo que luego podemos dar a los demás. Los demás no son sólo nuestros contemporáneos. Me gustan esas viejas fotos sencillas que nos cuentan algo de cómo era el mundo. Siento afecto y agradecimiento por esos fotógrafos cuyos nombres muchas a veces desconocemos. Reconozco su oficio de dónde pararse y qué encuadrar y siento una especie de hermandad con ellos. Creo que fotografiamos para eso: para guardar del paso del tiempo, para recordar y también para que nos recuerden a través de nuestras fotos. Una misión, una hermandad y un legado, todo eso da sentido a lo que hacemos.
¿Qué cualidades o características crees que debe tener un buen fotoperiodista?
Los periodistas dependemos de otras personas. De lo que nos digan y nos muestren otros. No tenemos nada que reportar que no sea algo que nos dieron. Una mezcla de curiosidad, empatía y compasión te permite acercarte de buena manera a mundos distintos del tuyo. Esta condición me parece necesaria para fotógrafos y reporteros - una especie de periodista que existe poco entre nosotros - que sólo podemos trabajar en el lugar, mano a mano. Cuando esos sentimientos se apagan o no están las fotos son mecánicas y distantes.
¿Cómo crees que se logra un buen retrato fotográfico?
Me interesa la relación directa de la fotografía con lo que existe y es verdad. Me disgusta la artificialidad y pienso que la puesta en escena está casi siempre por debajo de lo que una foto puede obtener. Creo que un buen retrato es aquel que dice algo cierto acerca de la persona fotografiada. Algo que, si tenemos suerte, aparece a veces en la expresión. Hay que tener paciencia. Al mismo tiempo, se que una sola imagen es insuficiente para representar a un individuo. Somos más complicados y diversos de lo que una sola foto puede captar. Pienso siempre en términos de series, de reportaje.
¿Qué fotógrafos han influido en tu propia práctica o inspirado tus fotografías?
Me interesa la biografía de los fotógrafos. Muy especialmente me gusta leer sus entrevistas. Creo que es una de las mejores maneras de aprender fotografía. Fui cambiando y algunos fotógrafos que me gustaban hoy son menos importantes para mí. Hay otros que admiro pero con los cuales no puedo identificarme y fotógrafos con los que me siento, digamos, hermanado. Es difícil hacer una lista porque serían muchos y diversos. En este momento me gustan mucho Eugene Richards y Larry Towell.
¿Cuál es tu opinión sobre la enseñanza de la fotografía en Uruguay y, eventualmente, qué modificaciones introducirías para mejorarla?
No puedo dar una opinión general sobre la enseñanza de la fotografía en nuestro país pero me gustaría decir algunas cosas. En los cursos enseñamos la técnica. En el mediano plazo la técnica es relativamente poco importante. Lo que vale es transmitir que el trabajo del fotógrafo es valioso y debe ser cuidado, en primer lugar, por nosotros mismos.
Pasado el estadio de la técnica pienso que podemos enseñar sólo aquello en lo que creemos. Si la fotografía escenificada no me interesa debo decírselo a mis alumnos y debo explicarles por qué. Debo hacerlo muy respetuosamente. Sabrán que tengo algunas convicciones acerca de lo que hago y que cada uno necesita descubrir las suyas. Lo más difícil en fotografía es descubrir qué es lo que queremos hacer con ella. Cuando los talleres sirven para entrever esta pregunta cumplen un objetivo mayor.
Fotografiamos con todo lo que somos. Ese bagaje tiene la extensión de nuestra vida. No se adquiere en un curso de fotografía. Lo esencial del aprendizaje transcurre fuera, antes y después de pasar por una escuela. Veo los talleres como ámbitos propicios para que algo se despierte y para que nos encontremos con quienes acaso lleguen a ser nuestros hermanos de profesión. Fotografiar es casi siempre un acto individual pero necesitamos de otros fotógrafos para sostenernos mutuamente y seguir adelante.
Por último, creo que debemos ser desalentados a exponer tempranamente, los alumnos en primer lugar. Hace unos años veía las exposiciones como un paso necesario. Muchas muestras y Flickr me enseñaron lo contrario. Montar una exposición, colgar en una galería, publicar en Internet no nos convierte en fotógrafos y quizás nos haga creer que el camino es rápido y fácil. Una pésima lección.
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Ricardo Antúnez (Montevideo, 1964). Fotógrafo, trabaja en la diaria y enseña fotografía en TRIS. Es licenciado en Sociología. Parte de su trabajo puede verse en http://ricardoantunez.photoshelter.com/